martes, 31 de mayo de 2011

The Crimson Petal and the White: Si Jane Eyre fuera prostituta

The Crimson Petal and the White (El Pétalo Carmesí y el Blanco) es una miniserie -cuatro episodios- de la BBC 2, diferente y muy extraña. Ambientada en la era victoriana, tiene poco que ver con las series situadas en esa época a las que la BBC nos tiene acostumbrados.

La protagonista de The Crimson Petal and the White es Sugar (Romola Garai), una muchacha de diecinueve años que hace seis que es prostituta porque su madre (Gillian Anderson) la empujó a ello.

Sugar es realmente buena en su oficio, se dice de ella que "nunca decepciona". Es inteligente y, de forma autodidacta, ha adquirido una amplia cultura. Escribe una novela (ella la llama "un libro de odio") en la que una prostituta tortura y mata a los hombres que la han utilizado. A veces, cuando está con sus clientes, Sugar se siente tentada a traspasar la línea que separa la ficción de la realidad...

Unos de sus clientes, William Rackham (Chris O'Dowd), se enamora de ella. Sugar no sólo le da placer sino que también le aconseja sobre sus negocios y le ayuda a dirigir la fábrica de perfumes que posee.

Fascinante el personaje de Agnes (Amanda Hale), la esposa de William: Pasa la mayor parte del tiempo recluída en su dormitorio, escribiendo un diario en el que plasma sus delirios y alucinaciones mientras espera la llegada de un angel que la ayude a escapar del siniestro Dr. Curlew (Richard E. Grant), su médico de cabecera, que la tiene aterrorizada.

La serie, cuyo título es el primer verso de un poema de Alfred Tennyson, es una adaptación de la novela homónima de Michel Faber.

Según el director de The Crimson Petal and the White, Marc Munden, Michel Faber toma prestados los clichés de la literatura victoriana y les da la vuelta, contradiciendo las expectativas de sus lectores. Eso mismo quisieron hacer él y la guionista Lucinda Coxon: Tomar los clichés de las series televisivas situadas en la época victoriana y subvertirlos de forma que el mundo creado por ellos fuera creíble pero irreconocible.

Para ello, han jugado con elementos de géneros diferentes. The Crimson Petal and the White tiene momentos casi de documental, secuencias clásicas, escenas con estética de videoclip, fragmentos de película de terror... Algunas partes, cuando la esposa de William, Agnes, tiene alucinaciones y comportamientos extraños, recuerdan al Luis Buñuel más surrealista.

Como también hacen pensar en Buñuel, en el Buñuel de Los Olvidados o de las escenas de los mendigos en Viridiana , los fragmentos que suceden en el barrio mísero en que se halla el burdel en el que trabaja Sugar.

Para crear este barrio peligroso, oscuro, sucio, desesperado, Marc Munden se inspiró en las "Ilustraciones de Londres" de Gustavo Doré y en los barrios edwardiano de Nueva Deli y victoriano de Calcuta.

El resultado es esta serie, extraña, que entusiasmará a algunos (no me sorprendería que acabase siendo una serie de culto) y que detestarán otros. Porque no a todo el mundo le gustará ver una Jane Eyre prostituta.




miércoles, 25 de mayo de 2011

La Sal De La Tierra: La Película Más Perseguida en los U.S.A.

Pocas películas en la historia del cine habrán tenido tantos problemas para ser rodadas, montadas y exhibidas como tuvo La Sal de la Tierra (Salt Of The Earth) en los Estados Unidos. Los integrantes del equipo sufrieron amenazas, agresiones, detenciones, deportaciones, prisión...

La Sal de la Tierra cuenta la historia, real, de una huelga minera iniciada en 1951 en Grant County, Nuevo México, contra la Empire Zinc Company. Los motivos de la protesta fueron, entre otros, la diferencia de salario entre los obreros de origen mexicano y los de origen anglosajón y la falta de medidas de seguridad que paliaran los accidentes laborales.


CÓMO SE CONOCIERON LOS CINEASTAS Y LOS MINEROS

Todo empezó cuando tres guionistas de Hollywood, Herbert Biberman, Paul Jarrico y Michael Wilson se plantearon buscar una historia real para una película. Los tres eran militantes comunistas y estaban incluídos en la famosa lista negra de Hollywood de la Era McCarthy, lo que les impedía trabajar en el cine norteamericano.

En el verano del 51, Paul Jarrico conoció a Clinton y Virginia Jenks, dos sindicalistas que habían contribuido a consolidar el sindicato de mineros del metal en Nuevo México y que estaban ayudando a los obreros en la organización de la huelga contra la Empire Zinc Company.

Inmediatamente, P. Jarrico llamó a sus compañeros M. Wilson y H. Biberman. Decidieron que Jarrico sería el productor, Biberman el director y Wilson escribiría el guión.

Clinton Jenks y los mineros se implicaron entusiasmados en el proyecto. Admitieron a los cineastas en las reuniones del sindicato y en sus casas y debatieron y votaron las correcciones del guión junto a Michael Wilson.

A excepción de la actriz mexicana Rosaura Revueltas y algunos actores más, el resto de los papeles serían interpretados por Clinton Jenks, los propios mineros y sus familias.

En cuanto al equipo técnico, como los sindicatos de profesionales de Hollywood prohibieron a sus afiliados trabajar en La Sal de la Tierra, fueron contratados entre los incluídos en la lista negra.


LOS ROJOS DE HOLLYWOOD EN SILVER CITY

Durante las primeras tres semanas el rodaje fue tranquilo. Hasta que un maestro local escribió una carta al Screen Actors Guild y a la Motion Pictures Association of America expresando su preocupación porque, según él, unos comunistas se habían establecido en Grant County y habían engañado a inocentes mexicanos para que trabajasen en un film sedicioso.

Días después el Hollywood Reporter publicó un artículo diciendo que "los rojos de Hollywood están rodando una película de propaganda racial antinorteamericana en Silver City".

Se llegó a decir que la verdadera razón por la que los cineastas estaban allí era la de espiar las pruebas de armas secretas que el ejército norteamericano realizaba en Los Álamos Proving Grounds. Según el senador Jackson, "cuando intentas esconder armas secretas, encuentras concentraciones de comunistas".

Este senador Donald Jackson fue uno de los principales enemigos de La Sal de la Tierra, sobre la que declaró, entre otras cosas, que era "un arma de Rusia", que estaba od"escrita deliberadamente para encender odios raciales" y "si esta película es exhibida en Latinoamérica, Asia e India, hará un daño incalculable no sólo a los Estados Unidos sino a la causa de la libertad en todo el mundo".

A partir de aquí, hubo intentos diarios de arruinar el rodaje: camiones con megáfonos insultando al equipo, avionetas sobrevolando el set con mensajes del tipo: "Sois unos hijos de perra", "acabaremos con todos vosotros", agresiones a miembros del personal por gente del pueblo, intentos de incendiar el material de rodaje...


SI QUIERE UNA REVOLUCIÓN EN ESTE ESTADO, SEÑOR, LA VA A TENER

Una noche Jules Schwerin, ayudante de dirección de Biberman, recibió una llamada telefónica de un desconocido diciendo que si no estaba todo el equipo fuera del condado antes de 24 horas, saldrían en ataúdes de Nuevo México.

Por si esto fuera poco, el sacerdote local que había simpatizado con el proyecto desde el principio, acudió poco después a verle, muy alarmado, porque se acababa de enterar de que unas noches antes, unos 150 vecinos habían jurado sobre la Biblia matarlos a todos.

Jules Schwerin, no quiso despertar a Biberman ni alarmar al resto del equipo pero pidió ayuda a tres dirigentes del sindicato de mineros. Cuando el ayudante de dirección les explicó la situación, los sindicalistas teléfonearon al Gobernador.

Este dijo que le llamaran por la mañana y ya hablarían. Los sindicalistas contestaron "No, señor. Estamos hablando con usted esta noche. Queremos protección militar o policial para mañana por la mañana a las ocho en punto". A lo que el Gobernador contestó: "Supongamos que no estoy de acuerdo". Y los mineros: "Entonces, Gobernador, haremos salir a los 10.000 mineros de las minas de Nuevo México y los armaremos. Si quiere una revolución en este estado, señor, la va a tener". A las ocho de la mañana del día siguiente, 300 policías protegían el rodaje.

La producción pudo seguir pero los problemas continuaron. La actriz protagonista, Rosaura Revueltas fue detenida, sometida a arresto domiciliario y, más tarde, deportada a México. Por lo que tuvieron que rodar las escenas que faltaban con una doble. Rosaura puso después su voz en sesiones clandestinas de doblaje en la habitación de un hotel en México.


CONTINUA EL ACOSO

Consiguieron acabar el rodaje pero los problemas no terminaron: El senador Donald Jackson consultó fuentes del gobierno y de la industria del cine en busca de posibles medios legales de parar el proyecto. Entre las respuestas recibidas había un telegrama del dueño de la RKO, Howard Hugues, que decía que "si el gobierno actúa inmediatamente para impedir que la película salga del país hacia otro lugar donde pueda acabarse, esta película no se terminará". Y añadía una lista de aquellos a los que había que presionar para que no trabajasen en la posproducción de película: laboratorios, proveedores, músicos, técnicos de sonido, dueños de salas de montaje, montadores, etc.

Como los laboratorios rehusaron procesar la película, el productor Paul Jarrico etiquetó las latas de celuloide con falsos títulos y recorrió el país con ellas, consiguiendo procesarlas en diferentes lugares.

El montaje tuvo que hacerse clandestinamente en los Ángeles y alrededores. El segundo de los cuatro montadores que trabajó con ellos era un informador del FBI, lo que les obligó a huir antes de ser detenidos y buscar otro sitio en el que acabar de montar.

Al fin, Biberman, Jarrico y Wilson consiguieron terminar La Sal de la Tierra. ¡Había llegado el momento del estreno!

Entonces las grandes productoras amenazaron con tomar represalias contra cualquier sala que exhibiese la película.

El 14 de marzo se estrenó en un cine de un barrio obrero de Nueva York. Sólo otros doce cines de Estados Unidos se atrevieron a exhibir la película.

Afortunadamente, pudieron sacar copias del país y La Sal de la Tierra llegó a Europa. Ese mismo año ganó el gran premio del Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary (antigua Checoslovaquia) y Rosaura Revueltas el de mejor actriz.

En 1955 fue seleccionada para su inclusión en el Festival de Edinburgo y le fue concedido el Gran Premio de la Academia de Cine de París.


LA LUCHA SIGUE

En 1956, Biberman, Jarrico y Wilson se embarcaron en una batalla legal contra Howard Hugues, el senador Jackson, los estudios, las distribuidoras (hasta 68 demandados) acusándoles de conspiración para suprimir la película. El caso fue retrasado una y otra vez hasta el otoño de 1964. El 12 de noviembre de ese año, dos meses después, los demandados fueron absueltos y La Sal de la Tierra nunca conseguiría distribución comercial en USA.

En 1992 fue una de las 100 películas escogidas por la Biblioteca del Congreso para su preservación. Hoy día, el National Film Registry la tiene incluída entre las películas norteamericanas "culturalmente significativas".

martes, 17 de mayo de 2011

Ocaña, Retrato Intermitente: Pintor, Provocador, Teatrero Callejero...

"Yo soy un marginado, como las putas, como los chulos, como los maricones, como los ladronzuelos que roban motos... Aunque soy pintor, me puedo meter en su mundo. Me siento identificado con toda esa gente. Me encantan y me fascinan". Eso decía de sí mismo Ocaña en 1977, mientras acariciaba a su gato Enrique, en el documental dirigido por Ventura Pons.

Titulada Ocaña, Retrato Intermitente (Ocaña, Retrat Intermitent); la película empieza y acaba en la barcelonesa Plaza Real, donde vivía José Pérez Ocaña, pintor, provocador, travestido, ateo, devoto de la Virgen de la Asunción, libertario (o, como a él le gustaba decir: "libertataria"), teatrero callejero, rey de Las Ramblas, símbolo de la Barcelona libre y reivindicativa que tomaba las calles poco después del fin de la dictadura franquista...

El pintor nos habla de su infancia en su Cantillana (Sevilla) natal, donde muchos no le perdonaban que fuera homosexual y que ya se le notara cuando empezó a trabajar, a los diez años, en el campo:
"Anoche me sentía muy solo. No me dormí hasta que no sentí el amanecer porque la noche me da mucho miedo. Me gusta pero me da miedo. Me parezco a Isadora... Por la noche empiezo a recordar todas las cosas del pueblo: cuando me atascaba en el barro, cuando la gente me maltrataba con sus miradas y con sus lenguas. Todas las humillaciones sufridas allí... Recordaba también cuando me cogieron haciendo el amor con un crío y me publicaron por todo el pueblo y yo me refugiaba en una ermita cualquiera para rezar".

Cuenta que cada tarde, en su pueblo, paseaba hasta el cementerio: "Como andaluz, me fascinan los cementerios, las tumbas, los ángeles esos tan extáticos, las mujeres como lloran"...

"Todo eso es como una poesía, como tradición, como superstición... Y yo lo mezclo con mi pintura porque me recuerda las cosas de mi pueblo".

"Las fiestas, los casamientos, los bautizos, el entierro... todo eso es parte de mi pintura y parte de mi vida y por eso yo mezclo cementerio con alegría y con canto y con bautizos, con borracheras, con romerías y con folcklore".

Con un vestido de vivos colores y mantilla negra, Ventura Pons nos lo muestra en el cementerio, cantándole a García Lorca con desgarro.

Lo vemos vestido de mujer, junto a un ataúd en el que yace una muñeca hecha con pasta de papel y Ocaña grita y llora como una madre ante el cadáver de su hija... O recreando parte de una obra de los hermanos Alvarez Quintero...

Y en el Café de la Ópera, cantando "Yo Soy Esa" con los aires de una gran diva y tonadillera: "Soy la que no tiene nombre/ la que a nadie le interesa/ la perdición de los hombres/ la que miente cuando besa/Ya lo saben: yo soy esa".

O entonando una saeta desde su balcón, vestido de sevillana y con mantilla, en honor de una Virgen hecha con pasta de papel.

Y vemos sus pinturas y esculturas: Esas Vírgenes rodeadas de ángeles de vivos colores, las viejas enlutadas a la puerta de los cementerios o con macetas de geranios a sus espaldas, sus soles, sus flores...

Ocaña, Retrato Intermitente se estrenó en 1978. Cinco años después, en septiembre de 1983, Ocaña moriría tan inusualmente como vivió: durante una fiesta en su pueblo se disfrazó de sol con un traje de papel, tela y bengalas que él mismo confeccionó. Una de las bengalas ardió provocándole quemaduras que no le causaron la muerte pero originaron un debilitamiento de su organismo que hizo recrudecer una antigua hepatitis, a resultas de la cual falleció tres semanas después.

martes, 3 de mayo de 2011

Escenas Para Recordar (Meme)

El Sr. Nocivo, autor del blog Las Innecesarias e Inoportunas Opiniones del Sr. Nocivo, me pasa el testigo de un meme que consiste en citar las escenas que nos parecen dignas de recordar en diferentes apartados.

Siguiendo con el juego, debo enviar esta invitación a otros cinco bloggers para que estos (sólo si les apetece y sin compromiso) confeccionen sus propias listas en sus blogs. Mis cinco elegidos (o damnificados, según se mire) son: Plank de El AsteroideGCPG de Cine Para GourmetsDDmx de Memorias de un PsicóticoPiru de Cine: Bélico, Western, NegroFernando Genovés de Cinema Genovés .

Esta es mi selección:


ESCENA MÁS GRACIOSA

Me quedo con una de Charlot: El combate de boxeo de Luces de la Ciudad (City Lights).






ESCENA MÁS TRISTE

No recuerdo si es sólo una escena o toda una secuencia pero no he tenido ganas de volver a verla para comprobarlo, ya que me parece un final tristísimo: El de El Hombre Elefante (The Elephant Man) de David Lynch. Una película buenísima y que recomiendo a todos los que no la hayan visto pero que yo soy incapaz de ver por segunda vez.







ESCENA MÁS ALEGRE

En este apartado escojo al maestro Luis G. Berlanga, un director que siempre ha sabido conservar la alegría y la frescura, aunque tratase temas muy serios. La seleccionada corresponde a Bienvenido Mister Marshall, con guión de otros dos grandes: Juan Antonio Bardem y Miguel Mihura y corresponde al desfile que hacen por el pueblo todos sus habitantes con la folcklorica y el alcalde al frente, cantando aquello de "Americanos, os saludamos con alegría..."







ESCENA AGRIDULCE

Vamos ahora con el final de Casablanca, con la escena en la que Rick dice a Ilsa que no va a irse con ella a Lisboa, que ella debe marcharse con Victor Laszlo para ayudarlo a luchar contra los nazis y que siempre les quedará París...






ESCENA MÁS RARA

El banquete de bodas de Freaks, de Tod Browning. El momento en que todos hacen un brindis aceptando a la protagonista como uno de ellos. Tierna y terrorífica a la vez.






ESCENA MÁS PERTURBADORA

El inicio de de Grupo Salvaje (The Wild Bunch) de Sam Peckinpah, cuando los forajidos se acercan a la ciudad y se cruzan con un grupo de niños que se divierten empujando a un escorpión en medio de un hormiguero de hormigas carnívoras. La expresión de alguno de los niños da miedo...






ESCENA DE MÁS SUSPENSE

En este apartado no he dudado mucho: he escogido una de Alfred Hitchcock. Me he decidido por la película Sospecha (Suspicion), concretamente por la secuencia del vaso de leche pero podría haber seleccionado muchas otras de cualquiera de sus obras.






ESCENA MÁS ATERRADORA

He escogido una largísima. Dura casi las dos terceras partes del tercer acto de la soviética Ven y Mira (Masacre), de Elem Klímov. El muchacho protagonista está escondido en una pequeña aldea campesina a la que llegan los nazis y... empieza el terror. No creo recordar que ninguna escena me haya producido jamás tanta sensación de agobio y de espanto y tantas ganas de "no querer ver" lo que temía que la cámara podía llegar a mostrar.







ESCENA MÁS ROMÁNTICA

Detesto las cenas a la luz de las velas y las parejas haciendo el amor al lado de la chimenea para acabar, luego, juntos en la bañera con más velas todavía. Y las detesto porque son clichés con emociones prediseñadas, propias de guionistas con poca imaginación y menos ganas de trabajar.

Por eso, me he decantado por lo que me parece una escena en la que, sobre todo el personaje masculino, demuestra lo enamorado que está sin caer en vulgaridades.

Estoy hablando de Thelma y Louise (Ridley Scott) y del momento en que Louise (Susan Sarandon) ha dicho a su novio que se marcha para siempre pero no quiere contarle el motivo para no implicarle como cómplice de un homicidio.

El pobre tipo no entiende nada y le enfurece que ella no le dé explicaciones. Enfadado, golpea una mesa y la tira al suelo. Louise se levanta y dice que se va de la habitación. Él llega antes que ella a la puerta y la cierra de un golpe.

Los dos quedan de espaldas contra la puerta, uno al lado del otro y sin mirarse. Él suspira y, sin mirarla, saca algo de su bolsillo y se lo tiende a Louise que lo coge: Es una cajita. Ella la abre. Dentro hay un anillo de compromiso.

Él dice: "¿Porqué no te lo pruebas?" Ella duda. Él: "No te esperabas algo así ¿no?" Louise: "¿Por qué, Jimmy? ¿Porqué ahora?" Él (irónico): "No te pongas tan contenta, Louise. Sólo acabo de cruzar dos estados con ese anillo... y sabes que odio volar".






MEJOR DIÁLOGO

Podría haber elegido un fragmento de cualquier película de cine negro. Opino que tienen los mejores, más cortantes y más inteligentes diálogos de toda la historia del cine. Pero después he pensado que eso también se puede aplicar a los diálogos de los Hermanos Marx y que sirve cualquier fragmento para demostrarlo. Así que, por escoger alguno, me decido por la escena de la cena de Una Noche en la Ópera (A Night at the Opera).





MEJOR ESCENA SIN DIÁLOGO

Aquí he hecho un poco de trampa: Es una secuencia sin diálogo pero tiene un par de frases en off. Me refiero a la de Los Puentes de Madison (Bridges of Madison County), de Clint Eastwood, cuando los protagonistas ya han roto pero vuelven a encontrarse en el pueblo. Llueve torrencialmente. El coche del protagonista circula delante del de la protagonista y su marido. Un semáforo en rojo les hace detenerse y ella siente la tentación de abrir la puerta de su vehículo y correr hacia el coche de él... Ese semáforo en rojo se hace eterno...





MEJOR ESCENA DE PELEA

Me encanta la pelea inicial (en realidad es una batalla) de Gangs Of New York, de Martin Scorsese. Aunque podría escoger cualquier otra pelea de esa película.






MEJOR ESCENA MUSICAL

Aquí tengo un problema: No me gustan los musicales. Al final me he decidido por una película entera y escojan ustedes la escena que prefieran. No estoy segura de que pueda considerarse un musical pero tiene mucha música: The Doors de Oliver Stone.






MEJOR BAILE

Pues me reitero en lo dicho: que yo no veo musicales... Bueno, uno sí que he visto: Cantando Bajo la Lluvia (Singin' in the Rain), así que me quedo con el baile de Gene Kelly bajo la lluvia...






MEJOR DISCURSO

No creo que sea el mejor pero es el primero que me ha venido a la cabeza. No he podido olvidarlo desde que ví, hace mucho, Independence Day.

Me refiero al discurso que hace el presidente de los U.S.A. cuando todas las naciones del planeta (bueno, todas no, sólo las que son amigas suyas) deciden unirse contra los extraterrestres.

El discursito de marras es de lo más patriótico y tal, muy americano, y acaba diciendo eso de "mañana todo el planeta celebrará el cuatro de julio" y ahí es cuando a algunos, viendo la película, nos entró el miedo y pensamos: "Si ese es el precio que tenemos que pagar por ser sus aliados ¿qué tal si les damos una oportunidad a los alienígenas? Después de todo... puede que no sean tan malos"...








MEJOR COMIENZO

Sin lugar a dudas, el inicio de Salvar al Soldado Ryan (Saving Private Ryan) de Steven Spielberg: El desembarco de Normandía. Esas escenas son tan buenas que, por comparación, el resto de la película quedó sosa y falta de fuerza. Porque, después de haber visto esa batalla ¿a quién le importa el soldado Ryan?






MEJOR MUERTE

Aquí he tenido una seria lucha interior. No sabía si escoger la muerte del ladrón de Los Siete Samuráis, la de Anna Magnani en Roma, Ciudad Abierta (qué bien se moría la Magnani), la de Fay Dunaway en Chinatown... Al final me he decidido por una que también me gusta mucho y de paso barro para casa: la muerte de Carmen Maura en Ay, Carmela. Es una muerte preciosa (Aunque suene un poco rara la expresión).






MEJOR CLÍMAX

Me quedo con el de Blade Runner. Esa lucha entre el último replicante y Harrison Ford es bestial (ahora que lo pienso, podría haberla escogido como mejor escena de pelea). Y el final cuando, tras salvarle la vida, muere mientras la paloma alza el vuelo bajo la tormenta... Buenísimo.






MEJOR FINAL

El de Con Faldas y a lo Loco (Some Like It Hot). No creo que haya que explicar mucho. ¡Qué grande era Billy Wilder!






LA ESCENA QUE JAMÁS DEBIÓ SER FILMADA

No me gusta ejercer de censor. Si acaso, una escena que no debió ser filmada porque no debió ocurrir el hecho, sería la de El Triunfo de la Voluntad (Triumph des Willens), de Leni Riefensthal, en la que muestra cómo los nazis queman libros en Berlín.

No deberían haberse quemado libros nunca, ni en Berlín ni en ninguna otra parte. Pero me temo que es algo que seguirá sucediendo, en cualquier lugar, cada cierto tiempo...






LA MEJOR ESCENA DE LA HISTORIA

He estado dudando entre unas cuantas y, al final, vuelvo a barrer para casa: Escojo el banquete de los mendigos de Viridiana, de Luis Buñuel. Que Don Luis era mucho Don Luis...