domingo, 28 de noviembre de 2010

Buried (Enterrado): Un Ejercicio De Minimalismo


Es muy, muy difícil escribir un guión tan minimalista, tan austero y que este funcione dramáticamente tan bien como lo hace Buried (Enterrado, director: Rodrigo Cortés). Al principio despierta el interés del espectador (relativamente fácil teniendo en cuenta la angustiosa situación del personaje), consigue mantener este interés a lo largo de la historia (lo que ya no es tan sencillo) y lo va acrecentando hasta acabar con ese brillante final en el que la tensión sube como la espuma.

El guionista, Chris Sparling ,no tiene ningún apoyo cuando decide escribir una historia tan desnuda y en la que todo está contado desde el principio. En cuanto empieza el relato nos dicen que el protagonista, Paul (Ryan Reynolds), está en un ataúd porque ha sido secuestrado y que, al final saldrá -o no- de él. No sucede nada más. Nos pasamos hora y media viendo cómo el protagonista intenta salir de ahí.

El hecho de que la historia suceda en un espacio tan reducido impide escribir escenas de lucha, persecución, etc. Tampoco puede haber muchas sorpresas dentro de un ataúd (aunque alguna que otra sí que hay)...

Chris Sparling no se apoya en tramas secundarias, en un antagonista maquiavélico al que el espectador pueda odiar, en flashbacks, en reflexiones ideológicas sobre la guerra de Irak... Ni siquiera trabaja demasiado la identificación del público con el personaje ya que en Buried la identificación del espectador se provoca, sobre todo, con la situación y no con el protagonista, del que poco se dice para que podamos proyectarnos en él. Cualquier guionista habría usado la relación de Paul con su familia para darle una dimensión más humana y que el espectador se implicase más en la suerte del personaje pero Chris Sparling no utiliza ese recurso hasta el tercer acto, cuando hace ya mucho que el espectador está enganchado a la película.

Lo que sí usa magistralmente el guionista es la cuenta atrás, la sensación de que el tiempo se acaba: esa batería de teléfono móvil que disminuye, esa arena que penetra inexorable por las rendijas del ataúd...

Está claro que, si a uno le gusta el buen cine, no debe perder de vista a este cineasta que, seguro, va a darnos muy buenos ratos con sus próximas obras ya sea como guionista o como director.

Chris Sparling ha escrito, dirigido (junto a Raymond Lepré), e interpretado un largometraje (An Uzi At The Alamo, 2005, sobre un joven que anuncia a su familia que se suicidará el día que cumpla 25 años y que, a medida que se acerca la fecha, se siente cada vez más presionado para llevar a cabo su promesa) y un cortometraje (Balance, 2007, sobre una pareja que debe enfrentarse a la muerte de su único hijo) y en estos momentos se encuentra en la fase de post producción su última película como guionista, ATM (Cajero Automático), dirigida por David Brooks.

ATM cuenta la historia de tres compañeros de trabajo que regresan a casa después de una fiesta de Navidad y deciden detenerse en un cajero automático para sacar dinero. Una vez allí, son encerrados por un desconocido y deberán luchar para salvar sus vidas.

Al parecer, a Chris Sparling le gustan los espacios reducidos porque gran parte de ATM sucede en el cajero automático de un supermercado y el resto en el parking del mismo. Seguro que los productores le adoran.






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domingo, 21 de noviembre de 2010

Chinatown: Un Guión Basado En Las Mentiras


El guión de Chinatown (1974, guión: Robert Towne, dirección Roman Polansky) es como una de esas muñecas rusas que uno abre y en su interior aparece otra, luego una tercera, después una cuarta... Chinatown arranca con un enigma y pronto surge un segundo, más tarde un tercero y así hasta el final de la película.

Como buen revival de cine negro que es, Chinatown cumple las reglas del mismo:

En un principio parece un caso privado y de poca importancia (seguir a un hombre por encargo de su mujer). El caso obliga al protagonista, Gittes (Jack Nicholson) a recorrer la escala social y deja de ser un asunto familiar para convertirse en un tema de corrupción social.

El argumento de Chinatown resulta confuso, como el de toda auténtica película de cine negro y su estructura es laberíntica: uno cree que la historia va en determinada dirección y de pronto se transforma en otro relato para, más adelante, dar un giro en sentido diferente.

La moral de los personajes es escasa o no existe, incluso el sentido ético del protagonista es difuso y sin límites claros entre el bien y el mal, aunque, eso sí, tiene su propio código de comportamiento.

No falta la rubia enigmática por la que el detective se siente atraído a la vez que la percibe como una posible amenaza...

Pero el guionista de Chinatown rompe las reglas del cine negro cuando, al principio de la película, nos presenta al detective resolviendo un caso de infidelidad conyugal y poco después el detonante de la trama es otro caso de presunto adulterio: ningún detective clásico de cine negro se dedicaba a ese tipo de asuntos sino a resolver asesinatos y casos relacionados con el mundo del hampa o con la corrupción oficial o de las altas esferas.

Cuando Gittes recibe un corte en la nariz que le obliga a ir casi toda la película con un esparadrapo en ella, esto le hace parecer ridículo. Los detectives de cine negro clásicos pueden parecer muchas cosas a lo largo de una película ¡pero jamás ridículos!

La fría e inteligente rubia de Chinatown, Evelyn Mulwray (Faye Dunaway), deja de ser distante y amenazadora cuando se nos muestra su vulnerabilidad. Ese arquetipo cambiante y enigmático jamás se humanizaba en el cine negro clásico.

Otro de los muchos detalles que hacen de Chinatown una gran obra son sus diálogos. Resulta interesante ver como, en un guión que se basa en gran parte en las mentiras de los personajes, estos mienten de formas distintas:


El antagonista, ese fantástico villano que es Noah Cross (John Huston), no miente pero oculta la verdad y esta es tan terrible que los que le rodean o no se la imaginan o no se atreven a verbalizarla. Noah Cross no sólo no miente sino que dispara la verdad como si de un arma mortífera se tratara.


Evelyn Mulwray no miente directamente, lo hace por omisión: Cuando el detective, basándose en la información que posee (que es la misma del espectador) saca conclusiones equivocadas sobre ella y los demás personajes, Evelyn alienta ese error con su silencio. Cuando al avanzar la trama, el guionista decida desplazar hacia ella parte de la identificación del espectador, Evelyn dejará de mentir por omisión para hacerlo directamente y con el conocimiento del espectador que se hará su cómplice.


Así es como miente el protagonista, con la complicidad del público. El espectador está asistiendo al desarrollo de los acontecimientos desde el punto de vista de Gittes, comparte la misma información sobre la trama que este, se entera de los hechos a la vez que el detective y , cuando este es engañado, lo descubre al mismo tiempo que el personaje. Cuando Gittes miente lo hace directamente y sólo él y el espectador lo saben, por lo que el público asiste divertido al éxito de los engaños de Gittes, ya que los considera suyos.




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lunes, 15 de noviembre de 2010

Como Perros Abandonados (Million Dollar Baby)


Utilizar en una película la repetición de derminado sonido, objeto u imagen como motivo recurrente es algo bastante habitual: El silbido de "M, El Vampiro de Düsseldorf", el de "Kill Bill", las figuritas de animales en papel plateado de "Blade Runner"... Ayuda a dar unidad a la narración y a mantenerla centrada sobre un tema. Pero resulta más interesante cuando el motivo recurrente no se aprecia a simple vista, cuando es la reiteración de una idea.

Este es el caso de "Million Dollar Baby" (2004, director: Clint Eastwood, guionista: Paul Haggis), basada en el libro de relatos "Rope Burns: Stories From The Corner" de F. X. Toole:

En "Million Dollar Baby", el motivo recurrente utilizado es una idea: la de que los personajes de esa historia son como perros abandonados que han acabado uniéndose en manada y formando su propia comunidad. Son seres inadaptados que viven fuera de la sociedad mayoritaria porque dentro de esta no hay sitio para ellos.

El ejemplo más evidente es el personaje de Peligro (Jay Baruchel), el muchacho deficiente mental que sueña con ser boxeador y no da un solo puñetazo a nadie en toda la película. Nos cuentan que un buen día, el padrastro de Peligro lo metió en un coche, condujo lejos de su hogar y lo dejó en medio de la carretera: exactamente como algunos hacen cuando abandonan a sus perros. Peligro se pasa el día en el gimnasio, dando puñetazos al aire y jugando con una botella de plástico. Cuando algún boxeador entra en el gimnasio el joven le sale al encuentro fingiendo atacarle y dando saltitos delante de él, como un cachorrito que se te enreda en los pies buscando juego cuando vuelves a casa. Cuando Shawrelle (Anthony Mackie), el perro jovencito que quiere comportarse como si fuera mayor y gusta de marcar su territorio, lo golpea, Peligro, como cualquier perrito maltratado, huye asustado y se pasa días dando vueltas hasta que regresa con el perrazo grandote y tranquilo que lo ha protegido siempre, Eddie (Morgan Freeman).

Maggie Fizgerald (Hillary Swank) es el perro forastero que insiste en que le hagan un hueco en la manada, el perro grandote y bonachón que es Eddie está dispuesto a acogerla pero no así el jefe del grupo, Frankie Dunn (Clint Eastwood), un can gruñón que está harto de que todos los perritos débiles acudan a él en busca de ayuda. Muchas veces se siente tentado de abandonarlos y a veces acaba haciéndolo: Lo hizo con su mujer y su hija, con Eddie, al que dejó en el bar de una gasolinera aunque luego se arrepintió y volvió a recogerlo. Cuando finalmente acoge a Maggie en la manada, Frankie también la abandona cuando la deja en manos de otro representante. Más tarde Maggie se lo recriminará: "Me abandonaste" y le pregunta si volverá a hacerlo.

En el momento en que Frankie y Maggie alcanzan mayor intimidad (tras la visita a casa de la familia de esta), ella cuenta a su entrenador la historia del perro enfermo que su padre tenía cuando la boxeadora era niña y que tuvo que sacrificar cuando el animal perdió la movilidad de sus patas traseras. Más adelante, al ser Maggie la enferma, le pedirá a Frankie que haga con ella lo que su padre hizo con el perro. Para ello, Frankie utilizará una inyección, como se suele hacer con las mascotas para que no sufran...


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sábado, 13 de noviembre de 2010

Luis G. Berlanga Se Ha Ido

Luis G. Berlanga ha muerto hoy y el cine español se ha quedado un poco más pobre, con menos ironía y menos ingenio.

Se ha ido el último de los tres grandes del cine español: Buñuel, Bardem y Berlanga. Los tres que mejor supieron retratarnos. Luis Buñuel tuvo que hacerlo desde el exilio y Juan Antonio Bardem y Luis García Berlanga, bajo la dictadura, aprendieron a sortear la censura franquista para mostrar al mundo el dolor de aquella España.

Berlanga nos deja maravillas como El Verdugo, Los Jueves Milagro, Plácido (nominada al Oscar en 1961), Todos a la cárcel, Tamaño Natural, La Escopeta Nacional, La Vaquilla...

Descanse en paz, Maestro. Descanse en paz, Don Luis.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Justified: Acción e Ironía


La cadena norteamericana FX ha tenido, entre otras, dos series de gran éxito: The Shield y Sons Of Anarchy. Ahora sigue su buena racha con Justified (en España, "Justified: La Ley de Raylan").

Su protagonista, Rayland Givens (Timothy Oliphant) es un marshal norteamericano que, debido a su comportamiento violento -justificado, según él- es destinado, como castigo, a Lexington, Kentucky, el pueblo en el que nació y al que no tiene ningunas ganas de volver.

Lexington es una pequeña ciudad de la América profunda en la que Rayland volverá a encontrarse con su padre (Raymond J. Barry), delincuente habitual, con Ava Crowder (Joelle Carter), enamorada de él desde la adolescencia y que maneja muy bien las armas de fuego cuando se enfada con un hombre y con Boyd Crowder, su amigo de la infancia que, durante los años que llevan sin verse, se ha dedicado a formar un grupo de chiflados que defienden la supremacía blanca y se dedican a la delincuencia, la violencia y, de vez en cuando, a volar algun que otro edificio o vehículo por los aires.

Basada en las obras del novelista y guionista Elmore Leonard, Justified nos presenta con ironía e inteligencia una América primaria de pueblerinos encerrados en su pequeño mundo y que no destacan precisamente por lo elevado de su cociente intelectual. Son personajes del siglo XXI que se comportan como si vivieran en la segunda mitad del XIX.

Elmore Leonard es uno de los autores de novela negra contemporáneos más prestigiosos y que tambien ha escrito mucha novela western, por lo que mezcla con facilidad elementos de ambos géneros en Justified, serie de la que es productor ejecutivo. Sus novelas han sido llevadas a menudo al cine y la televisión: Rum Punch se convertiría en Jackie Brown de la mano de Tarantino, y otro de sus relatos dio lugar a un clásico del western: 3.10 to Yuma (El tren de las 3.10) dirigido por Delmer Daves y protagonizado por Glen Ford y Van Heflin en 1957. En 2007 se haría un remake de esta película dirigido por James Mangold e interpretado por Russell Crowe y Christian Bale.

La serie empezó a emitirse el 16 de marzo de 2010 en Estados Unidos y su segunda temporada verá la luz en febrero de 2011. Su creador es Graham Yost, guionista canadiense y autor, entre otros muchos, de los guiones de los largometrajes Speed, Broken Arrow y Hard Rain, para el cine, y de Herman's Head, Band Of Brothers, Boomtown y otras series para la televisión. También escribió y dirigió varios episodios de la serie de la HBO The Pacific.

Thimoty Oliphant es conocido entre el público amante de la series televisivas debido a que fue el sheriff Seth Bullock en Deadwood e interpretó el personaje de Wes Krulik en Damages.

Otro de los principales personajes, Boyd Crowder, está interpretado por Walton Goggins, al que los seguidores de The Shield recordarán por su trabajo como Shane Vendrell.

En definitiva, Justified es un excelente producto que combina la acción, el humor y una buena construcción de sus personajes y que puede dar muy buenos ratos y bastantes momentos divertidos a quien se decida a verla.





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lunes, 1 de noviembre de 2010

Joris Ivens: The Spanish Earth (Tierra Española)


El documentalista holandés Joris Ivens (Nimenjen, 1898 - París, 1989) se calificaba a sí mismo como un "artista militante" que, en sus documentales, no buscaba el dato específico sino la verdad profunda. Y eso es lo que buscó entre marzo y mayo de 1937 en una España en guerra. El resultado de esos tres meses de trabajo se llamaría The Spanish Earth (Tierra Española).

Ivens y el cámara John Ferno llegaron a Madrid dispuestos a filmar una película sobre la vida de los campesinos y la lucha de las milicias populares, leales al Gobierno democrático de la República, contra los sublevados de Franco. En una época en que la televisión no existía y mucha gente no sabía leer, el objetivo del holandés no era tanto hacer una buena película como recoger un testimonio de lo que estaba sucediendo en España, según él mismo declaró años más tarde.

El documental fue producido por Contemporary Historians Inc., una corporación fundada y financiada por novelistas, guionistas y actores de Hollywood (Lillian Hellman, Dudley Nichols, Luise Rainer, Frederic March, etc.) que querían colaborar con la República Española. En un principio, el novelista John Dos Passos acompañó a los documentalistas como intérprete. Más tarde le sustituiría Ernest Hemingway, quien escribió y leyó el texto del narrador en off. (Esto último debía hacerlo Orson Welles pero acabó sustituyéndolo Hemingway porque consideraron que la lectura de Welles era demasiado teatral y restaba credibilidad al texto). En la versión francesa sería el guionista y director Jean Renoir quien pondría la voz en off.

Joris Ivens tenía la idea de mostrar, a través de una familia de un pequeño pueblo madrileño (Fuentidueña), la transformación que dicho municipio vivía durante la II República: la reforma agraria, expropiación de tierras, modernización de la agricultura, etc. Quería contar cómo, tras empezar la guerra y caer el pueblo en poder de los sublevados, la familia debía huir hacia Madrid donde uno de los hijos se alistaba en el Ejército Republicano.

Pero, como acostumbra a suceder cuando se hace un documental, la realidad acaba escribiendo su propio guión y trastocando los proyectos del documentalista. Joris Ivens y John Ferno se dieron cuenta de que tendrían que rodar sobre la marcha lo que los acontecimientos les dictaran siguiendo dos ideas principales: la defensa de Madrid y el trabajo pacífico de un pueblo que moderniza rápidamente su sistema de regadío con el fin de poder producir alimentos para la capital española asediada. También mostraron la ayuda que las tropas sublevadas recibían de la Alemania de Hitler y de la Italia de Mussolini.

Las escenas en los frentes de guerra se rodaron en la Ciudad Universitaria, Morata de Tajuña y en el Jarama, donde tuvieron la oportunidad de filmar parte de la famosa batalla.

El montaje de la película lo llevó a cabo la holandesa Helen Van Dongen en Nueva York e Irving Reiss se encargó de añadir los efectos de sonido a las tomas (mudas) de las batallas y los bombardeos. Como anécdota, valga decir que Reiss consiguió reproducir el efecto de los bombardeos invirtiendo los ruidos de un terremoto de la película San Francisco.

The Spanish Earth se estrenó el mismo año de su rodaje, 1937, en el mundo entero excepto en países como Alemania, claro está. La repercusión que tuvo Tierra Española hizo que, tras la guerra, el gobierno de Franco declarase a Joris Ivens persona non grata y le prohibiera la entrada en el país. El documentalista no volvería a España hasta 1985, cuando la Filmoteca de Madrid le rindió un más que merecido homenaje.






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