viernes, 24 de septiembre de 2010

Ven y Mira (Masacre): El Horror y la Desolación


Florya (Alexei Kavchenko) es un adolescente en la Bielorrusia de 1943, quiere ser guerrillero y luchar contra los nazis que han invadido su país. Cuando "Ven y Mira (Masacre)" (Idi i Smotri, 1985) empieza, Florya se halla en las afueras de su aldea buscando, entre los cadáveres de las víctimas de un bombardeo aéreo, un fusil que le permita unirse a los partisanos que operan en la zona. Consigue su arma y se marcha con los guerrilleros con la alegría del niño que se va de vacaciones a un campamento de verano. Pero la guerra no es una fiesta y la película se convierte en un paseo a través del horror, la desolación y la muerte. En los tres o cuatro días que dura la narración, el niño, horrorizado por lo que se ha visto obligado a contemplar, acabará convertido en un viejo.

"Ven y mira (Masacre)" es una de las mejores películas de la historia del cine. Con guión de Ales Adamovich y Elem Klímov y dirigida por este último, el film no es conocido por el gran público pero sí por muchos guionistas y directores que lo han tomado como referencia a la hora de trabajar en películas bélicas. Habría que preguntarle a Quentin Tarantino, pero yo aseguraría que la secuencia del inicio de Inglorious Basterds en la cabaña es un homenaje a "Ven y Mira": El decorado, la luz, el juego de cámara de la producción norteamericana es igual a una de las escenas iniciales de la película soviética (Aquella en que se nos presenta a la madre y hermanas del protagonista y la cabaña en la que viven).

Una de las razones por las que "Ven y Mira" es una gran película reside en el tratamiento que se hace del antagonista de la historia: se le muestra muy poco a poco, con una gran dosificación. En este caso se trata de los nazis pero este recurso dramático se puede aplicar, igualmente, al monstruo de un guión de terror o a cualquier villano cinematográfico que se desee que inspire auténtico miedo al espectador. Durante el primer y segundo acto no logramos ver claramente ni a un sólo nazi, sólo sabemos que están ahí porque observamos el resultado de sus obras: los cráteres que han dejado sus bombas, los cazas alemanes sobrevolando el cielo, paracaidistas que descienden a lo lejos, las botas de un soldado alemán que pasa muy cerca de donde está escondido Florya... Y así a lo largo de casi toda la película. Los nazis son un fantasma sin rostro, al que nunca se ve pero que parece estar en todas partes. Sólo se sabe de él cuando dispara, mata, bombardea... Nunca lo vemos y parece omnipresente.

Hasta que llega el tercer acto. El punto de giro que nos hace pasar del segundo al tercer bloque es ese: llegan los nazis y ahora sí que los vemos, ¡vaya si los vemos!

Otra de las razones por las que "Ven y Mira" es una obra maestra: la manera en que Klímov sabe provocar angustia y horror en el espectador sin tener que mostrar demasiada violencia, sangre o cadáveres destrozados en la pantalla. En el tercer acto, terrible, utiliza la técnica del fuera de campo de la que hablé en la entrada "Tres secuencias similares para tres películas dispares". La diferencia es que, en los ejemplos a los que allí aludía, el hecho de que lo importante de la escena sucediera en un lugar distinto al que la cámara nos mostraba, servía para aumentar el interés del espectador y hacerle desear ver lo que sucedía. En Ven y Mira, en cambio, te imaginas lo que está pasando fuera de campo y no tienes ninguna gana de que la cámara te lo muestre, TEMES que lo haga. El horror es más terrible porque no lo ves, te lo imaginas. Y la imaginación es más poderosa que cualquier escena explícita.

Si consigues aguantar el angustioso tercer acto, te sugiero que dejes pasar unos días y vuelvas a ver la película distanciándote de ella emocionalmente. Entonces podrás apreciar la belleza estética de "Ven y Mira", de sus planos secuencia en los que la cámara no deja de moverse ni un momento y ni siquiera lo notas por lo integrada que está en la acción, en la coreografía perfecta de actores y cámara en las escenas de masas, en la poesía que Elem Klímov supo extraer de la luz, el sonido, el ritmo de la imagen, los cuerpos ya sea estáticos o en movimiento...






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martes, 14 de septiembre de 2010

Un Ser Entre Dos Mundos



Existe en la ficción una clase de personajes especialmente atractivos. Son aquellos que se mueven entre dos mundos. Seres de los que, quizá, desconfiamos o a los que tememos a la vez que nos fascinan.

Hannibal Lecter (Anthony Hopkins) en El Silencio de los Corderos (The Silence of the Lambs) es uno de ellos. El Dr. Lecter se mueve entre dos universos opuestos: la bestialidad más primitiva y lo más elevado del espíritu humano. Como un animal, la primera vez que se encuentra con Clarice Starling (Jodie Foster) la olfatea y analiza los distintos olores que la investigadora lleva consigo. Y no hablemos de sus peculiares preferencias gastronómicas... Por otro lado, tiene una sensibilidad exquisita que le permite disfrutar de la música culta y dibujar, de memoria, monumentos italianos. Cuando mata a su primera víctima en la película, lo hace como castigo por su comportamiento soez con Clarice ya que el doctor Lecter no soporta la mala educación ni la grosería.

Michael Corleone (Al Pacino) es otro ser entre dos mundos. Cuando nos lo presentan en El Padrino (I) (The Godfather), vemos que Michael no es como el resto de su familia: Es un hombre integrado en la sociedad norteamericana -no así los Corleone- que ha luchado por su país en la II Guerra Mundial y tiene una novia no italiana. Su padre, Don Vito Corleone (Marlon Brando) dice a sus otros hijos que no mezclen a Michael en los asuntos delictivos de la familia porque él es diferente. Pero Michael también se siente cómodo en el ambiente de los Corleone, entre criminales, delincuentes y mafiosos. Considera los "negocios" de su familia algo natural que en ningún momento condena o le escandaliza. Cuando se vea obligado a elegir el mundo del crimen por amor a su padre y a su familia, seguirá siendo un ser "distinto" para los suyos, lo que le llevará a la soledad final de El Padrino (III).

El Profesor Van Helsing de las historias de Drácula fluctúa también entre dos mundos: Toma partido por los seres "normales", a los que ayuda a defenderse del vampiro. Pero no es del todo uno de ellos: es un hombre solitario, sin familia ni apenas vida social, entregado a sus investigaciones; que sabe más del Conde Drácula que los congéneres de este y por eso puede enfrentarse a él con éxito: Porque se siente cómodo en el mundo de lo monstruoso.

No olvidemos al clásico detective de cine negro (que no puedo evitar ver siempre con la cara del irrepetible Humphrey Bogart). Un personaje solitario por decisión propia, que se mueve con la misma soltura tanto en el más sórdido de los garitos como en la mansión imponente del padre de la despampanante rubia, que vive entre la legalidad y la ilegalidad, de moral difusa pero con su propio código ético. Al que no le gustan los policías pero tampoco los gansters...




Películas citadas:

- The Silence Of The Lambs (El Silencio De Los Corderos, España; El Silencio De Los Inocentes, Hispanoamérica), 1991. Guión: Ted Tally y Thomas Harris. Dirección: Jonathan Demme.

- The Godfather (I) (El Padrino), 1972. Guión: Mario Puzo, Francis Ford Coppola y Robert Towne (este último sin acreditar). Dirección: Francis Ford Coppola.





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jueves, 9 de septiembre de 2010

Regalo Ideas (5): ¡Nos Vamos a Panamá!

La idea que regalo hoy no es mía: es de Elsie, una amiga panameña que se ha ofrecido a darme unas cuantas historias para los lectores del blog. Hay otros relatos, propuestas de spin offs, de secuelas, etc. enviadas por otros lectores y que irán apareciendo poco a poco en "Reflexiones". Si te apetece unirte a ellos ya sabes: envíame un correo (encontrarás mi e-mail en "ver todo mi perfil") y yo haré una entrada con tu texto.

La de Elsie Escala es una storyline, un guión en "píldora". Puede ser una buena película de silencios, desencuentros y batallas más interiores que exteriores. A ver qué se os ocurre para desarrollarlo:

BELINDA Y BALBINO: Belinda y Balbino se casan. Ella, hacendosa, pulcra, lava, friega, plancha, cocina y trabaja de mesera; él no coopera, no da mantenimiento a la casa, lo botan de los trabajos. La vida en común se hace cruelmente difícil. Ella se frustra. Terminan actuando como zombis. Tres años después, los vecinos llaman a Salud Pública para que los ayuden a desenterrar a los esposos de la pila de basura y maleza que se ha acumulado sobre ellos. Belinda reacciona; baña a Balbino, lo arregla y lo besa por última vez, coge su maleta y se va, aún sin haberse bañado ella.
Autora: ELSIE ESCALA

domingo, 5 de septiembre de 2010

Tres Secuencias Similares Para Tres Películas Dispares

La utilización del "fuera de campo" para dar mayor suspense a una escena es uno de mis trucos de guión favoritos. Decirle al espectador que algo muy importante está sucediendo y no dejárselo ver, puede hacer la escena más interesante gracias a la impaciencia del espectador por saber qué es lo que está pasando.

Los tres ejemplos siguientes son, en realidad, el mismo; ya que el segundo es un claro homenaje al primero: Cuando Akira Kurosawa proyectaba llevar al cine la leyenda japonesa de Los Siete Samurais vio La Diligencia unas cuarenta veces, así que el parecido de ambas secuencias no puede ser casual. Y la tercera muestra, correspondiente a la serie Oz, puede considerarse un guiño a La Diligencia y el gesto final del personaje tirando el cuchillo la convertiría en un homenaje a Los Sietes Samurais. Veamos los tres ejemplos:


LA DILIGENCIA (The Stagecoach, 1939): Ringo Kid (John Wayne) está decidido a matar a los hermanos Plummer. Estamos en el saloon. Alguien ha avisado a los tres hermanos Plummer de que Ringo Kid los busca. Salen del local dispuestos a enfrentarse con él. Mientras los Plummer caminan, la gente se encierra en sus casas dejando la calle desierta. Finalmente, Ringo Kid y los tres hermanos se encuentran. Ringo Kid dispara y cae al suelo (o se tira para nos ser un blanco tan fácil). La cámara deja el enfrentamiento y se va a otra calle, donde la chica de Ringo Kid oye varios disparos más. Pasamos después al saloon, donde todos escuchan lo que sucede fuera en completo silencio. Se abre la puerta del local: Entra uno de los hermanos Plummer. Camina unos pasos. Cae muerto. La cámara sale fuera y nos muestra a John Wayne que va a buscar a su chica.

Guionistas: Ernest Haycox (argumento), Dudley Nichols (guión) y Ben Hecht (sín créditos). Director: John Ford.


LOS SIETE SAMURAIS (Shichinin no Samurai, 1954): Los habitantes de una aldea japonesa del siglo XVI están reunidos frente a un granero. Un ladrón ha sido sorprendido cuando intentaba robar y se ha refugiado allí. Ha cogido, como rehén, a un bebé y amenaza con matarlo si los vecinos intentan hacer algo. Un samurai que pasaba por la aldea ha pedido una túnica de monje y arroz. Se está afeitando la cabeza. Ha prometido que salvará al niño. Una vez vestido de monje, el samurai se acerca a la puerta del granero y la abre parcialmente. No podemos ver lo que hay en su interior. Dice al ladrón que ha traído comida para él y para el niño. El delincuente, desconfiado, le indica que lance las bolas de arroz al granero. El samurai obedece y, de pronto, salta al interior del recinto. Se oye el llanto del niño. Los vecinos miran expectantes esa puerta entreabierta. Pasan unos segundos. Un hombre sale corriendo del granero: es el ladrón. Se detiene. La madre del niño corre hacia la entrada del granero donde acaba de aparecer el samurai con el bebé en brazos. El ladrón cae muerto. El samurai tira la espada ensangrentada junto al cadáver.

Guionistas: Shinodu Hashimoto, Akira Kurosawa e Hideo Oguni. Director: Akira Kurosawa.


PUEDES APOSTAR TU VIDA (You Bet Your Life, 2000; episodio 8 de la cuarta temporada de la serie televisiva OZ): Estamos en Oz, una prisión de máxima seguridad. Uno de los presos -Adebisi- entra furioso en su celda, donde otro interno -Kareem- está rezando. Adebisi saca un cuchillo y agrede a Kareem. Empieza la lucha entre los dos hombres. La cámara deja el recinto y se traslada a la sala común donde presos y guardianes son atraídos por el ruido proviniente de la celda. No podemos ver lo que pasa en el interior de esta porque una cortina blanca tapa la puerta. De pronto surge una mancha roja en la tela blanca. La mancha crece ante la expectación de los presos. Surge Adebisi con gesto desafiante. Camina unos pasos. Se detiene. Vomita una bocanada de sangre. Cae muerto. Kareem sale entonces de la celda con el cuchillo ensangrentado en la mano. Lo tira al suelo, cerca del cadáver.

Guionista: Tom Fontana. Director: Adam Bernstein.

Saquen ustedes sus propias conclusiones, damas y caballeros.





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