domingo, 21 de noviembre de 2010

Chinatown: Un Guión Basado En Las Mentiras


El guión de Chinatown (1974, guión: Robert Towne, dirección Roman Polansky) es como una de esas muñecas rusas que uno abre y en su interior aparece otra, luego una tercera, después una cuarta... Chinatown arranca con un enigma y pronto surge un segundo, más tarde un tercero y así hasta el final de la película.

Como buen revival de cine negro que es, Chinatown cumple las reglas del mismo:

En un principio parece un caso privado y de poca importancia (seguir a un hombre por encargo de su mujer). El caso obliga al protagonista, Gittes (Jack Nicholson) a recorrer la escala social y deja de ser un asunto familiar para convertirse en un tema de corrupción social.

El argumento de Chinatown resulta confuso, como el de toda auténtica película de cine negro y su estructura es laberíntica: uno cree que la historia va en determinada dirección y de pronto se transforma en otro relato para, más adelante, dar un giro en sentido diferente.

La moral de los personajes es escasa o no existe, incluso el sentido ético del protagonista es difuso y sin límites claros entre el bien y el mal, aunque, eso sí, tiene su propio código de comportamiento.

No falta la rubia enigmática por la que el detective se siente atraído a la vez que la percibe como una posible amenaza...

Pero el guionista de Chinatown rompe las reglas del cine negro cuando, al principio de la película, nos presenta al detective resolviendo un caso de infidelidad conyugal y poco después el detonante de la trama es otro caso de presunto adulterio: ningún detective clásico de cine negro se dedicaba a ese tipo de asuntos sino a resolver asesinatos y casos relacionados con el mundo del hampa o con la corrupción oficial o de las altas esferas.

Cuando Gittes recibe un corte en la nariz que le obliga a ir casi toda la película con un esparadrapo en ella, esto le hace parecer ridículo. Los detectives de cine negro clásicos pueden parecer muchas cosas a lo largo de una película ¡pero jamás ridículos!

La fría e inteligente rubia de Chinatown, Evelyn Mulwray (Faye Dunaway), deja de ser distante y amenazadora cuando se nos muestra su vulnerabilidad. Ese arquetipo cambiante y enigmático jamás se humanizaba en el cine negro clásico.

Otro de los muchos detalles que hacen de Chinatown una gran obra son sus diálogos. Resulta interesante ver como, en un guión que se basa en gran parte en las mentiras de los personajes, estos mienten de formas distintas:


El antagonista, ese fantástico villano que es Noah Cross (John Huston), no miente pero oculta la verdad y esta es tan terrible que los que le rodean o no se la imaginan o no se atreven a verbalizarla. Noah Cross no sólo no miente sino que dispara la verdad como si de un arma mortífera se tratara.


Evelyn Mulwray no miente directamente, lo hace por omisión: Cuando el detective, basándose en la información que posee (que es la misma del espectador) saca conclusiones equivocadas sobre ella y los demás personajes, Evelyn alienta ese error con su silencio. Cuando al avanzar la trama, el guionista decida desplazar hacia ella parte de la identificación del espectador, Evelyn dejará de mentir por omisión para hacerlo directamente y con el conocimiento del espectador que se hará su cómplice.


Así es como miente el protagonista, con la complicidad del público. El espectador está asistiendo al desarrollo de los acontecimientos desde el punto de vista de Gittes, comparte la misma información sobre la trama que este, se entera de los hechos a la vez que el detective y , cuando este es engañado, lo descubre al mismo tiempo que el personaje. Cuando Gittes miente lo hace directamente y sólo él y el espectador lo saben, por lo que el público asiste divertido al éxito de los engaños de Gittes, ya que los considera suyos.




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29 comentarios:

Piru dijo...

Me encantó esa película, y es muy buena la disección que has hecho sobre la historia y su filmación. Creo que es un acierto meter estos elementos extraños al género negro, porque le dan un punto personal de Polansky, el humor nunca falta en sus películas.

Creo que recordar que dio lugar a una trilogía con este mismo personaje, entre cuyos títulos se encuentra The two jakes si no recuerdo mal....

La Guionista Reflexiva dijo...

Sí, Piru: Yo también creo que es un acierto añadir elementos extraños cuando se hace un revival.

Creo que el que más me gusta de Chinatown no lo he incluído en la entrada: Es la persecución que sufre Jack Nicholson en el campo de naranjos.

Me parece genial extrapolar la típica persecución urbana y nocturna de coches y el clásico tiroteo, por una carrera diurna entre naranjos en la que el coche del protagonista es perseguido por unos campesinos a caballo...

Daniel Rioja dijo...

Es muy sugerente mentir, por omisión o con intención, sobre todo cuando sabes que la sangre no puede salpicar a través de la pantalla.

Un saludo.

La Guionista Reflexiva dijo...

Pero es que por omisión también es con intención, Daniel...

Mentir es sugerente siempre que no se haga directamente: Decir que lo blanco es negro me parece una vulgaridad. Es más creativo sugerir que quizá no sea blanco, que puede ser que sí, pero no obstante... y que sea la víctima de la mentira la que acabe diciendo que es negro, jeje...

Un saludo, Daniel.

Anónimo dijo...

Me encanta el enfoque que le das a tus entradas, casi todo lo que he escrito, o leído, en mi vida gira en torno a la figura del director, sin embargo tú abordas en tu trabajo la base creativa, el primer eslabón.

Sé que lo sabes pero, a pesar de que el guion de Towne es casi mágico, le debe parte de su garra a la participación de Polanski (sobre todo en el amargo final), aunque el director no quiso acreditarse le transmitió al guion todas sus obsesiones y fantasmas personales, además de pulir un defecto de serie que tenía el libreto, el guionista era un gran amigo de Jack Nicholson y por lo visto resultaba demasiado evidente que el guión estaba escrito a su mayor gloria, el polaco (que es muy listo) pulió rápido este defectillo.

Lo del Oscar a Towne ya es otro cantar, lo merecía, pero es que ganó a Truffaut y soy un cinéfilo un poco rencoroso jeje.

La Guionista Reflexiva dijo...

Hola, Flamingo:

Polanski es un director que siempre deja su marca en el guión de sus películas y hace bien porque las mejora.

En cuanto al enfoque que le doy a mis entradas, no es premeditado, es que veo las películas de esa manera: me interesa más cómo están hechas las historias y qué hay bajo su superficie que el argumento que me cuentan (de pequeña ya leía los cuentos fijándome en cómo se dividían los párrafos, cuando se ponían puntos y seguidos o puntos y aparte, etc. jeje...)

Marín dijo...

Gracias guionista por seguir dando luz
en estos días oscuros. Muy buen análisis de una película impresionante. Maravilloso el tratamiento de la información que se da en toda la película.
Y una lección de diálogo para los que estamos aprendiendo. Nos seguimos viendo.

La Guionista Reflexiva dijo...

¡Hey, Marín! Me alegra saber de tí. Sigues obsesionado con mejorar tus diálogos, por lo que veo... Espero que te vaya todo bien. Nos vemos.

Un abrazo.

ethan dijo...

Confusión; ni buenos ni malos, sino todo lo contrario; es decir, una joya para los que amamos el cine negro

La Guionista Reflexiva dijo...

Exacto, Ethan: Chinatown es una auténtica joya...

Un saludo.

Kinezoe dijo...

Una auténtica joya del cine negro. Para mí, junto a "Muerte entre las flores" y "L.A. Confidential" lo mejor que ha dado este género desde la época dorada.

Me gustó mucho tu análisis, Guionista. Quizá otro punto a tener en cuenta es también el círculo vicioso en el que parecen encontrarse a menudo los protagonistas de estas historias. Es como si el pasado volviera de nuevo para atormentar al "héroe", condenado una y otra vez a enfrentarse a sus temores y anteriores fracasos. Me encanta el dramático final de este trabajo: amargo y desesperanzado. Pero mejor olvidar, ¡es el Barrio Chino! ;-)

Un saludo y enhorabuena por tu magnífica entrada.

La Guionista Reflexiva dijo...

Gracias, Kinezoe, por tus comentarios: eres muy amable.

Muerte Entre las Flores y L.A. Confidential también están entre mis películas favoritas.

Estoy de acuerdo en que el "retorno al pasado" (otra gran película, por cierto) es una de las constantes de este tipo de historias.

El final de Chinatown es fantástico. No quiero estropearle la película a quien no la haya visto pero la muerte de la última secuencia (y la secuencia completa) me parece una de las muertes cinematográficas más bellas.

Un saludo.

GCPG dijo...

Un estupendo análisis, Guionista, de uno de los guiones más atrevidos dentro de un género que estaba olvidado. El sr. Polanski suele sorprender casi siempre, y deja su impronta en todo lo que toca. Da igual que los guiones los haga otro. Él es un autor, hace suyos los guiones, les imprime su carácter. Chinatown, lejos de ser una excepción, es un gran ejemplo de ello -aunque el mejor tal vez sea Macbeth-. Y no contento con ello, "recluta" a J. Houston que, como pez en el agua, borda el papel -pensé que O. Welles estaría magnífico también en ese rol-. Esto sirve de homenaje a un clásico del género, por lo que también es toda una declaración de intenciones.

Y el objetivo estuvo más que conseguido: el cine negro volvió y nos ha regalado desde entonces grandes títulos, aunque no sea un estilo predominante como en décadas pasadas.

Saludos

La Guionista Reflexiva dijo...

Hola, GCPG: Mientras tú estabas dejando tu comentario en mi blog yo estaba haciendo lo mismo en el cineforum del tuyo, jeje...

Estoy de acuerdo en que Polansky es de esos directores que saben trabajar con un guionista. Porque sabe juzgar un guión desde el punto de vista de la construcción dramática (algo de lo que no tienen demasiada idea algunos de sus colegas).

Cuando un director tiene los suficientes conocimientos de guión como para juzgarlo bien, no hace falta que escriba una sola línea para que se note su estilo en el resultado final. Y Polansky es de esos: No hay más que ver sus películas para darse cuenta de ello.

Un saludo.

Elisa dijo...

Esa película me encantó, una obra de arte del cine negro, y el final me pareció inolvidable :)

La Guionista Reflexiva dijo...

Muy cierto, Elisa: El final de Chinatown es bárbaro. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Guionista, como siempre muy buena tu entrada sobre China-town. Un abrazo.

La Guionista Reflexiva dijo...

Un abrazo, Millz y muchas gracias.

jesus (of suburbia) dijo...

Quizás me pilló un mal día o esperaba demasiado, pero a mí me decepcionó. Quizás deba darle una revisión.

La Guionista Reflexiva dijo...

Probablemente, Jesús, la viste después de que te hablasen muy bien de ella y esperabas que fuese "algo más que una película" por lo que te decepcionó.

Es como cuando tus amigos te dicen que una película es pésima, que luego la ves y la esperas tan mala que hasta la encuentras pasable.

Yo creo que si le das una revisión cambiará tu opinión sobre ella.

Un saludo.

Carmelo Gimeno dijo...

Polanski es fabuloso, El escritor, La semilla del diablo, repulsion, etc muy bueno. Y tu blog excelente, felicidades por estas Reflexiones de una guionista y por este post sobre Chinatown.
Un saludo

La Guionista Reflexiva dijo...

Sí, Carmelo: Polansky tiene una gran carrera a sus espaldas.

Gracias y un saludo.

Elisa dijo...

Que tengas una hermosa semana
Cariños
Elisa

La Guionista Reflexiva dijo...

Gracias, Elisa: Te deseo lo mismo.

Un abrazo.

El Cinema de Hollywood dijo...

Nunca me ha terminado de convencer esta película. Me fascina el periodo histórico en el que se ubica pero siempre he considerado que le faltaba ritmo e interés a buena parte del film. Es un clásico con pies de barro.

Saludos !!!

La Guionista Reflexiva dijo...

Interesante tu punto de vista, Nestor. A mí, en cambio, me parece un guión paradigmático, perfecto.

Supongo que, si nos encontrásemos sentados en la terraza de un bar, ante unos vinos y unas tapas, podríamos tener un estimulante intercambio de opiniones...

Un saludo.

El Cinema de Hollywood dijo...

Cuando tú quieras. Sería francamente interesante.

dub dijo...

Deberé aprender mas sobre cine negro, creo que la única que vi fue Sed de mal de Wells, tiene muchas características que aprendí.
Gracias

La Guionista Reflexiva dijo...

Sí, Dub:

Como guionista en ciernes que eres, es IM-PRES-CIN-DI-BLE que veas cine negro y de gansters (que no son lo mismo aunque muchos los confundan).

El cine negro tiene, entre otras muchas cualidades, los más inteligentes y mejores diálogos de la historia del cine.

Saludos.