domingo, 27 de febrero de 2011

Sacco e Vanzetti: Cine Contra El Olvido

Existen muchas clases de cine como existen cineastas con diferentes objetivos a la hora de encarar su trabajo:

Hay un cine preocupado por la estética, la belleza y por merecer el apelativo de "séptimo arte". Otro, en cambio, pretende potenciar las sensaciones viscerales y el vértigo momentáneo, como es el caso de las películas de aventuras, acción, thrillers... Existe un cine analítico que propone estudiar las vivencias humanas y reflexionar sobre ellas. También existe el cine contra el olvido que, más que buscar la belleza plástica o la poesía en sus imágenes y diálogos, quiere ser cronista de hechos históricos y sociales para que no se pierdan en el olvido historias dignas de ser recordadas. La película italiana Sacco e Vanzetti pertenece a esta clase de cine.

Sacco e Vanzetti, escrita por Fabrizio Onofri y Ottavio Jemma y dirigida por Giuliano Montaldo en 1971, es un docudrama que se centra en el juicio de Nicola Sacco (Riccardo Cucciolla) y Bartolomeo Vanzetti (Gian Maria Volonté).

El 15 de abril de 1920 se cometió un robo en South Braintree (Massachussets) en el que resultó muerto un hombre. Las autoridades norteamericanas pensaron que era el momento de dar un escarmiento a los inmigrantes y a los sindicalistas que tenían la osadía de pedir jornadas laborales de menos de 16 horas y salarios lo bastante altos como para no morirse de hambre: decidieron achacar el crimen a los sindicalistas.

Nicola y Bartolomeo eran dos obreros italianos que habían emigrado a Estados Unidos a principios del siglo XX. Sacco era zapatero y Vanzetti vendedor de pescado, como tantos trabajadores, estaban afiliados a un sindicato obrero y eso sería su perdición.

Los dos hombres eran anarquistas y tuvieron la desgracia de que les tocara el premio gordo en esta macabra rifa. Ambos fueron acusados de ser los autores del robo y asesinato de South Baintree.

De poco sirvió que tuvieran sólidas coartadas, que su abogado encontrara a los verdaderos autores del hecho (la llamada Banda Morelli), que demostrara que los testigos que habían declarado en contra de sus defendidos habían mentido presionados por las amenazas del fiscal, que manifestaciones de cientos de miles de personas en numerosas ciudades de Estados Unidos y del extranjero pidiesen justicia para estos dos obreros...

Fueron declarados culpables y condenados a muerte. La sentencia se cumplió en 1927, tras siete años de inútil lucha por demostrar su inocencia.

Medio siglo después, el gobierno norteamericano reconocería oficialmente la inocencia de los dos italianos.

jueves, 17 de febrero de 2011

Psychoville: Una Comedia Negra Británica

Imaginaos una serie con los siguientes personajes:

- Oscar Lomax, un millonario ciego que colecciona muñecos de peluche y cuyas máximas competidoras son dos hermanas siamesas tuertas.

- Mr. Jelly, un payaso manco que se dedica a amenizar fiestas infantiles de las que los niños acaban saliendo asustados y llorando por el mal humor y la agresividad del artista.

- David Sowersbutts, un hombre de 38 años que vive con su madre, Maureen Sowerbutts, obsesionado con la forma de "trabajar" de los asesinos en serie famosos a los que sueña con imitar.

- Maureen Sowerbutts, madre sobreprotectora de David que está dispuesta a convertirse en asesina en serie con tal de cuidar de su "niño".

- Joy Aston, una enfermera de prenatal que cree que su muñeco de trapo con cabeza de goma es un niño de verdad y no sólo lo trata como a tal sino que obliga a los demás a hacer lo propio.

- Robert Greenspan, un actor enano que representa un papel en una versión teatral de Blancanieves y que está convencido de que tiene poderes paranormales.

Si a esto añadimos que todos estos personajes reciben un anónimo de un misterioso hombre con guantes negros que dice "Se lo que hicísteis", tenemos una comedia negra llamada Psycoville.

Ya sé que la premisa de un tipo enmascarado que dice eso de "Sé lo que hicísteis y os voy a matar" está muy vista. Pero en Psychoville lo de menos es el misterioso individuo que amenaza con asesinarlos a todos ya que esa es sólo la excusa para juntar en la misma serie a unos desquiciados y pintorescos personajes y para que se sucedan, una tras otra, las situaciones divertidas y absurdas. Cada uno de los personajes tiene su propia trama a cual más loca y con cada una de ellas podría hacerse un largometraje.

Psychoville (2009) es una miniserie de la BBC escrita e interpretada por Reece Shearsmith y Steve Pemberton, miembros ambos del grupo de guionistas-actores The League Of Gentlemen. Reece Shearsmith interpreta a Mr Jelly (el payaso), a Maureen Sowerbutts (madre de David), y a tres personajes menores más. Por su parte, Steve Pemberton interpreta a David Sowerbutts, Oscar Lomax (el ciego), George (marido de la enfermera) y a un personaje menor.

La miniserie consta de 7 episodios y un especial realizado para Halloween del 2010. Esta primavera se emitirá la segunda temporada de 6 capítulos.

A destacar el episodio 4, centrado en David y su madre Maureen, en el que se rinde homenaje a la película de Hitchcock La Soga (The Rope) no sólo desde el guión literario (se repiten situaciones de la célebre película) sino también desde el guión técnico (el director Matt Lipsey realiza gran parte del episodio en un larguísimo plano secuencia en el que se repiten numerosos encuadres y movimientos de cámara de La Soga).

Si os gusta la comedia británica, os gustará Psychoville.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Los Olvidados: La Crueldad Cotidiana

Luis Buñuel nunca ha sido complaciente con sus personajes, nunca ha tenido piedad de ellos. No importa lo desgraciados, pobres, maltratados o jóvenes que estos sean, el director aragonés no duda en presentarlos egoístas, mezquinos, violentos... Porque el hecho de que uno sea una víctima no le garantiza la santidad.

Antes de escribir el guión de Los Olvidados (1950) junto a Luis Alcoriza, Luis Buñuel se documentó sobre el problema de los niños abandonados en México consultando los archivos de una escuela correccional. Según se puede leer en los créditos de la película, esta se basaba en personajes reales y todos los hechos narrados en ella son auténticos.

Los niños y adolescentes de Los Olvidados están obligados por su entorno a comportarse como adultos. Pero todos carecen de una imagen paterna que les sirva de modelo masculino: Al Ojitos (Mario Ramírez) lo ha abandonado su padre en la plaza del mercado, donde el niño sigue esperándole. Como dice Don Carmelo (Miguel Inclán), "no volverá. Estas cosas pasan todos los días. Hay mucha miseria y las bocas estorban". El Jaibo (Roberto Cobo) no conoció ni a su padre ni a su madre. Cacarizo (Efraín Arauz) y Meche (Alma Delia Fuentes) viven con su abuelo y su madre enferma. Pedro (Alfonso Mejía) no sabe quién es su padre y su madre (Estela Inda) le detesta. Cuando alguien le reprocha que no quiera a su hijo, ella responde: "Y por qué lo iba a querer? No conocí a su padre. Yo era una escuincle (niña) y ni siquiera pude defenderme". Julián (Javier Amézcua) tiene padre (Jesús Navarro) pero él es el auténtico cabeza de familia y el único que trabaja para mantenerlos a todos.

Los Olvidados es una película cruel no sólo por la realidad que muestra: niños abandonados que se convierten en asesinos, mujeres despreciadas, lisiados maltratados y maltratadores... sino también por la naturalidad con que lo hace, sin piedad ni aspavientos. Buñuel expone ante nuestros ojos a estas víctimas-verdugo sin condenarlas y sin justificarlas, con sus cosas buenas y malas, con sus carencias y sus excesos:

Niños que no dudan en arrebatar a un lisiado, al que le faltan las dos piernas, el carrito de ruedas con el que se desplaza. Niños que se traicionan y se matan entre ellos y atacan con piedras a un ciego que se defiende como puede con su bastón.

Pero el anciano ciego tampoco es un santo: Maltrata al Ojitos, que le sirve de lazarillo e intenta abusar sexualmente de la niña Meche que, a su vez, está dispuesta a agredirlo con unas tijeras.

Cine cruel de personajes peligrosos para sí mismos y para los de su propio grupo, como lobos. Son desgraciados, están hambrientos, son vulnerables y primitivos: se agreden con piedras y con palos, se matan con ellos. Abundan en la historia las armas blancas (Pedro trabaja de aprendiz en una cuchillería, el Jaibo roba un cuchillo, Meche porta consigo unas tijeras para defenderse de posibles agresores, el padre de Julián lleva un cuchillo en la mano cuando busca al asesino de su hijo, Pedro amenaza al Jaibo con un cuchillo,,, ) pero siempre se matan entre ellos con piedras y con palos.

Buñuel evitó mostrar la violencia y la sangre más allá de lo extrictamente necesario porque, seguramente, sabía que la violencia física no es más que la superficie de lo realmente importante: la crueldad interna, primaria, instintiva... Y que esta última se evidencia mejor mostrando, en lugar de la herida y la expresión del agredido, el gesto del agresor: el rostro del que golpea y mata sin alterarse, con la naturalidad de lo que se ha asumido como cotidiano.