Se han dicho y escrito tantas cosas sobre la pelicula Casablanca que es difícil discernir entre realidad y leyenda urbana. Que pasaron muchos escritores por la elaboración de este guión, es cierto. Que se estaba escribiendo mientras se rodaba la película y nadie sabía como iba a acabar, es leyenda urbana.
Si se estudia el guión a toro pasado, teniendo en cuenta el momento histórico en que se rodó la película y sabiendo lo que sabemos hoy sobre el tema, yo consideraría Casablanca como una película de propaganda bélica, de las muchas que se hicieron en aquellos años, tanto en el bando aliado como en el nazi. Casablanca es un melodrama, de acuerdo, pero este es uno de los géneros que mejor funciona si se quiere hacer propaganda ideológica.
Situémonos en el momento:Estamos en 1942, año en que los USA, viendo que la Unión Soviética ha detenido a los nazis en Estalingrado e iniciado la ofensiva en Crimea, deciden que, si quieren tener su ración de pastel europeo trás la victoria de los aliados, será mejor que se pongan las pilas e intervengan en la contienda. Como a la gente no suele gustarle ir a a la guerra así porque sí, habitualmente hay que convencerla antes y ello se consigue mediante propaganda. Estados Unidos llevaba años diciendo que el gobierno alemán era un gobierno amigo y ahora tenían que pasar a defender lo contrario ante el pueblo norteamericano, de ahí las grandes diferencias entre la obra de teatro original (Everyone comes to Rick's, 1938) y el guión de la película.
Observemos a los personajes:
Rick Blaine (Humphrey Bogart): Uno de los tres protagonistas del guión, junto a Ilsa Lund (Ingrid Bergman) y Victor Laszlo (Paul Henreid). Rick es el personaje que representa a los norteamericanos y con el que los espectadores se identifican. Como a los USA hasta ese momento, a Rick le importa un bledo la guerra, que prefiere contemplar desde la barrera y, si acaso, hacer negocio gracias a ella. Sin embargo Rick luchó como voluntario en la Guerra Civil Española, al lado de la República. A los historiadores siempre les ha sorprendido como el pueblo norteamericano, que jamás se ha interesado por nada que ocurra fuera de sus fronteras, se involucró tanto a favor de la República Española. El detalle de un pasado idealista en Rick hace lógica la admiración que muestra por Victor Laszlo cuando, al principio de la película, apuesta con el Capitán Renault 20.000 dólares a favor de que el luchador anti nazi conseguirá su objetivo. Y este idealismo hace creíble la renuncia final de Rick al amor de Ilsa y su decisión de incorporarse a la lucha por la libertad. La evolución del personaje interpretado por Humphrey Bogart es la evolución que el gobierno norteamericano deseaba en sus ciudadanos (y, ciertamente, la consiguió).
Victor Laszlo es la Europa resistente ante el nazismo y los otros fascismos que la dominaban en 1942. Es el más arquetípico de los personajes y el más cuidado ya que representa aquello por lo que se suponía que se iba a la guerra: la libertad, los ideales, etc. Los nazis lo temen como enemigo y el resto de personajes lo admira. Cuando Victor Laszlo entra en el Rick's Cafe se monta un revuelo de murmullos porque todos lo reconocen (lo que no deja de ser ingénuo ya que un lider de la lucha clandestina que es más famoso que una estrella de rock, poco tiene de real). La emotiva escena en que Laszlo desafía a los nazis haciendo que todo el café se ponga en pie y cante la Marsellesa es muy buena desde el punto de vista dramático porque evidencia el carisma y la fuerza del personaje, aunque es dudoso que un luchador clandestino que quiere pasar desapercibido hiciese algo tan espectacular.
El Mayor Strasser (Conrad Veidt) tiene el simbolismo más evidente de todos: es el enemigo al que hay que enfrentar.
Sam (Dooley Wilson). Sí, el de "Tócala, Sam" o "Play it, Sam" -y no "Tócala de nuevo, Sam" o "Play it again, Sam", como suele citarse erróneamente-. Dos de los guionistas que trabajaron en esta historia, los hermanos Epstein, pensaron que sería muy rompedor para la época la amistad entre un hombre blanco y un hombre negro.
Capitán Renault (Claude Rains). La imagen que se nos vende hoy día de una Europa heroica e idealista que luchaba unida contra los alemanes que se habían vuelto locos de repente, no corresponde a la realidad: Lo cierto es que Hitler ocupó rápidamente Europa Occidental porque había en ella muchos gobiernos fascistas que firmaron acuerdos con él y, por lo tanto, no se enfrentaron a los nazis. Ese el el caso de Francia y su Mariscal Petain. El Capitán Renault simboliza a esa Europa (no sólo al gobierno colaboracionista de Vichy) que toleró al nazismo en un principio y pactó con él después, acabando por lamentar este gran error más tarde. De ahí ese final en el que Rick y Renault se marchan juntos, perdiéndose en la oscuridad de la pista de aterrizaje, a luchar contra el nazismo. (De subtexto gay, como algunos se empeñan ahora en ver, nada de nada, queridos).
¡Ah! ¡Me olvidaba de Ilsa (Ingrid Bergman)! A ella no le encuentro simbolismo como personaje. Lo suyo es cumplir determinadas funciones dramáticas imprescindibles en este tipo de películas: intensifica el conflicto, hace posible la trama romántica, evita que Casablanca se convierta en una historia "de hombres" y lleva sobre sí gran parte del melodramatismo necesario en este tipo de historias.
¿Acierto en mi interpretación de Casablanca? ¿Contribuyo a aumentar el número de leyendas urbanas sobre la película? No lo sé, pero esto es lo que pienso.
Si se estudia el guión a toro pasado, teniendo en cuenta el momento histórico en que se rodó la película y sabiendo lo que sabemos hoy sobre el tema, yo consideraría Casablanca como una película de propaganda bélica, de las muchas que se hicieron en aquellos años, tanto en el bando aliado como en el nazi. Casablanca es un melodrama, de acuerdo, pero este es uno de los géneros que mejor funciona si se quiere hacer propaganda ideológica.
Situémonos en el momento:Estamos en 1942, año en que los USA, viendo que la Unión Soviética ha detenido a los nazis en Estalingrado e iniciado la ofensiva en Crimea, deciden que, si quieren tener su ración de pastel europeo trás la victoria de los aliados, será mejor que se pongan las pilas e intervengan en la contienda. Como a la gente no suele gustarle ir a a la guerra así porque sí, habitualmente hay que convencerla antes y ello se consigue mediante propaganda. Estados Unidos llevaba años diciendo que el gobierno alemán era un gobierno amigo y ahora tenían que pasar a defender lo contrario ante el pueblo norteamericano, de ahí las grandes diferencias entre la obra de teatro original (Everyone comes to Rick's, 1938) y el guión de la película.
Observemos a los personajes:
Rick Blaine (Humphrey Bogart): Uno de los tres protagonistas del guión, junto a Ilsa Lund (Ingrid Bergman) y Victor Laszlo (Paul Henreid). Rick es el personaje que representa a los norteamericanos y con el que los espectadores se identifican. Como a los USA hasta ese momento, a Rick le importa un bledo la guerra, que prefiere contemplar desde la barrera y, si acaso, hacer negocio gracias a ella. Sin embargo Rick luchó como voluntario en la Guerra Civil Española, al lado de la República. A los historiadores siempre les ha sorprendido como el pueblo norteamericano, que jamás se ha interesado por nada que ocurra fuera de sus fronteras, se involucró tanto a favor de la República Española. El detalle de un pasado idealista en Rick hace lógica la admiración que muestra por Victor Laszlo cuando, al principio de la película, apuesta con el Capitán Renault 20.000 dólares a favor de que el luchador anti nazi conseguirá su objetivo. Y este idealismo hace creíble la renuncia final de Rick al amor de Ilsa y su decisión de incorporarse a la lucha por la libertad. La evolución del personaje interpretado por Humphrey Bogart es la evolución que el gobierno norteamericano deseaba en sus ciudadanos (y, ciertamente, la consiguió).
Victor Laszlo es la Europa resistente ante el nazismo y los otros fascismos que la dominaban en 1942. Es el más arquetípico de los personajes y el más cuidado ya que representa aquello por lo que se suponía que se iba a la guerra: la libertad, los ideales, etc. Los nazis lo temen como enemigo y el resto de personajes lo admira. Cuando Victor Laszlo entra en el Rick's Cafe se monta un revuelo de murmullos porque todos lo reconocen (lo que no deja de ser ingénuo ya que un lider de la lucha clandestina que es más famoso que una estrella de rock, poco tiene de real). La emotiva escena en que Laszlo desafía a los nazis haciendo que todo el café se ponga en pie y cante la Marsellesa es muy buena desde el punto de vista dramático porque evidencia el carisma y la fuerza del personaje, aunque es dudoso que un luchador clandestino que quiere pasar desapercibido hiciese algo tan espectacular.
El Mayor Strasser (Conrad Veidt) tiene el simbolismo más evidente de todos: es el enemigo al que hay que enfrentar.
Sam (Dooley Wilson). Sí, el de "Tócala, Sam" o "Play it, Sam" -y no "Tócala de nuevo, Sam" o "Play it again, Sam", como suele citarse erróneamente-. Dos de los guionistas que trabajaron en esta historia, los hermanos Epstein, pensaron que sería muy rompedor para la época la amistad entre un hombre blanco y un hombre negro.
Capitán Renault (Claude Rains). La imagen que se nos vende hoy día de una Europa heroica e idealista que luchaba unida contra los alemanes que se habían vuelto locos de repente, no corresponde a la realidad: Lo cierto es que Hitler ocupó rápidamente Europa Occidental porque había en ella muchos gobiernos fascistas que firmaron acuerdos con él y, por lo tanto, no se enfrentaron a los nazis. Ese el el caso de Francia y su Mariscal Petain. El Capitán Renault simboliza a esa Europa (no sólo al gobierno colaboracionista de Vichy) que toleró al nazismo en un principio y pactó con él después, acabando por lamentar este gran error más tarde. De ahí ese final en el que Rick y Renault se marchan juntos, perdiéndose en la oscuridad de la pista de aterrizaje, a luchar contra el nazismo. (De subtexto gay, como algunos se empeñan ahora en ver, nada de nada, queridos).
¡Ah! ¡Me olvidaba de Ilsa (Ingrid Bergman)! A ella no le encuentro simbolismo como personaje. Lo suyo es cumplir determinadas funciones dramáticas imprescindibles en este tipo de películas: intensifica el conflicto, hace posible la trama romántica, evita que Casablanca se convierta en una historia "de hombres" y lleva sobre sí gran parte del melodramatismo necesario en este tipo de historias.
¿Acierto en mi interpretación de Casablanca? ¿Contribuyo a aumentar el número de leyendas urbanas sobre la película? No lo sé, pero esto es lo que pienso.
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6 comentarios:
Pues me parece bastante acertado, lo que pasa es que yo creo que lo de la propaganda era una premisa, pero como que no les apetecía mucho, por eso colocaron al alemán y a Lazslo tan de una pieza (uno tan malo y torpe y otro tan integro y ec...hao palante) y después desarrollaron a todos lo demás (que es lo que de verdad les interesaba)
Aunque Rick sea un reflejo de la evolución del pensamiento americano, no sé hasta que punto tenían los autores conciencia y perspectiva. Probablemente si quisieran que representara esa evolución deliberadamente, no lo hubieran dibujado tan romántico y perdedor.
En cualquier caso el personaje que se ve que les pierde a los guionistas es el de Renault: se nota que les encanta! (no sé si la Francia colaboracionista les hacía tanta gracia) Yo el final nunca lo he visto gay ni tampoco como que van a luchar juntos contra nada....Es el comienzo de una bonita amistad porque comparten un secreto en el que les va la vida, pero no veo yo a Renault comprometiendose descaradamene con ninguna causa.
Y la guapísima de Ilsa está para lo que está, para que siempre les quede París y poco más. Eso sí los mejores planos de la peli son los suyos!!!
Lo que no veo claro es lo del negro y el blanco. Yo creo que para el personaje de Sam se inspiraron en la Mamie de "Lo que el viento..." rollo lealtad absoluta y voz de la conciencia a la vez y al parecer esa mezcla funciona mejor si eres negro (y más en una relación entre hombres) y como era negro, no lo iban a hacer contable, ni asesor fiscal, ni médico de cabecera, claro, porque los negros lo que tienen es jazz,...así que.... a tocar el piano!
Bueno, por lo que yo he leído (vete a saber si es cierto o no), la idea de la amistad de un blanco y un negro sí estaba desde un principio (no sé si fue cuando los hermanos Epstein estaban a cargo del guión). Primero pensaron en una cantante negra como Ella Fitzgerald y después les pareció que, si ademas de amistad interracial, era amistad entre un hombre y una mujer iba a ser demasiado para la época y optaron por Sam.
No ves? La Mami.Pero como la peli tiene aire nocturno, pues cabaretera! Y la verdad es que quedaria raro un sr exbrigadista con una tata negra por el mundo!
Ja,ja,ja... Vale, me has convencido.
Jugoso el análisis y la información sobre la película. Les cuento que la he visto dos veces y la volvería a ver una tercera vez, verdaderamente me parece una pieza cinematográfica preciosa. Ingrid Bergman hermosa y justa en su personaje, Bogart en una interpretación superior, más la fotografía y guión sin desperdicios la hacen imperdible.
Ahora con esta información del contexto histórico del momento de la filmación y antecedentes del guión voy por mi tercera vez con otro ojo... y vuelvo para comentar.
Gracias, Cine y Películas:
Quedo a la espera de tu opinión tras la tercera visión de Casablanca, seguro que será muy interesante.
Saludos.
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