martes, 28 de diciembre de 2010

Fuego En El Cuerpo: Crímenes Y Sexo



Es un verano caluroso en Florida. Ned Racine (William Hurt), abogado no especialmente brillante ni escrupuloso pero tampoco demasiado bribón, conoce a una misteriosa mujer, Matty Walker (Katleen Turner). Se siente atraído por ella como se siente atraído por casi todas las féminas que le rodean. El calor ambiental es la excusa perfecta para entablar conversación con la desconocida y la sensualidad será el arma que Matty Walker usará para tender su celada al incauto Ned. Lo que empezó siendo una aventura sexual acabará convirtiéndose en una trampa mortal para el abogado de Florida.

Lo más importante, dentro de la arquitectura del guión de Fuego en el Cuerpo, (Body Heat, guión y dirección: Lawrence Kasdan, 1981), es lo que no se ve: La historia está contada desde el punto de vista del protagonista, Ned, pero quien la decide y la hace posible es Matty, la antagonista. Y lo hace sin que, la mayor parte de las veces, se vea en pantalla. Lo que ha sucedido antes de que empiece la película es básico para lo que luego veremos que ocurre. Lo que pasa sin que Ned y el espectador lo sepan es lo que mueve la trama. Lo que se muestra es sólo la superficie del auténtico argumento, que va siendo intuido por el espectador a medida que el relato transcurre.

Muchas veces sucede que el protagonista del espectador y el del guionista no son el mismo personaje. Para el público, el protagonista es "el chico" de la película, "el bueno", es decir -casi siempre- el personaje con el que se identifica y que acostumbra a ser aquel desde cuyo punto de vista está contada la narración. El protagonista del escritor, en cambio, es el personaje que hace posible la historia porque la provoca y la mantiene en movimiento y porque es quien toma las decisiones importantes del relato, aquellas cuyos resultados tienen mayores consecuencias.

En Fuego en el Cuerpo el protagonista del espectador es Ned Racine y el guión está contado desde su punto de vista. Como espectadores nos identificamos con él porque tenemos la misma información que el abogado sobre lo que está sucediendo en la pantalla. Asistimos a los hechos a la vez que él, somos engañados cuando Ned lo es y descubrimos las mentiras de Matty cuando las descubre él.

Fuego en el Cuerpo es un thriller y, como tal, su protagonista no es un personaje activo sino pasivo unas veces y reactivo otras (reacciona ante las acciones del antagonista). Esto, que en otros thrillers cambia en el tercer acto de la historia (cuando el protagonista, en el momento más angustioso del relato y cuando parece que lo tiene todo perdido, reacciona, se vuelve activo y se juega el todo por el todo enfrentándose al antagonista), en Fuego en el Cuerpo se mantiene hasta el final.

Ned Racine no logra hacerse nunca con el control de la situación, al contrario: el espectador y él constatan, cada vez con mayor claridad, a medida que transcurre este tercer acto que el abogado un poco engreído y feliz de conocerse a sí mismo que era Ned Racine al principio de la película se ha convertido en una pobre mosca atrapada en la tela de araña tejida por Matty Walker.




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lunes, 20 de diciembre de 2010

Sam Peckinpah: Sobre Inadaptados Y Perdedores


Adorado por unos y detestado por otros, el cineasta Sam Peckinpah (1925-1984) mostró en su obra un mundo propio, cuyos personajes son perdedores que luchan por sobrevivir (sin conseguirlo, la mayoría de las veces).

Muchos lo llamaron Bloody Sam (Sangriento Sam) por el uso de la violencia y la sangre en sus trabajos. Vistas hoy día, las películas de Sam Peckimpah nos parecen de lo más comedidas pero, si tenemos en cuenta que antes de él no se usaba la sangre en pantalla (sí, a los personajes se les acribillaba a balazos pero no sangraban), esto explica su apodo.

Pese a su fama, la violencia en la obra de Sam Peckinpah es más moral que visual:

Por ejemplo, la crueldad que se puede esconder tras una máscara de inocencia: La secuencia inicial de Grupo Salvaje (The Wild Bunch, 1969, guión: Walon Green y Sam Peckinpah), muestra a un grupo de forajidos que se acercan a un pacífico pueblo del Oeste. Unos niños agachados en círculo juegan. La cámara se acerca a los pequeños y nos muestra cual es la diversión infantil: tienen acorralados a dos escorpiones sobre los que lanzan hormigas carnívoras para que los devoren. Cuando se cansen de su juego quemarán a todos los animales.

También es más moral que visual la violencia en Duelo en la Alta Sierra (Ride the High Country, 1962, guión: N. B. Stone -acreditado- y Sam Peckinpah y Robert Creighton -sin créditos-) donde una muchacha se ha fugado para casarse y, el día de la boda, adivinamos que el novio y sus tres hermanos planean compartirla como criada y esclava sexual.

Como todo cineasta de western crepuscular, Sam Peckimpah tiene dos temas recurrentes: La inadaptación social y el paso del tiempo.

a) La Inadaptación Social: Los pistoleros de Peckinpah son solitarios, no por elección -como ocurría en el western de primera y segunda generación- sino por incapacidad de integrarse en la sociedad. Cuando en La Balada de Cable Hogue (The Ballad of Cable Hogue, 1970, guión: John Crawford y Edmund Penney), alguien pregunta al protagonista por qué no se va a vivir a la ciudad él contesta: "Eso no me gustaría: no sería nadie. No me gusta no ser nadie. Tengo experiencia".

Como él mismo Peckinpah dijo: "Mis héroes son perdedores porque están derrotados por anticipado, lo que constituye uno de los elementos primordiales de la verdadera tragedia. Se han acomodado desde hace mucho tiempo a la muerte y a la derrota; en consecuencia, no les queda nada que perder. No tienen ninguna fachada, no les queda ninguna ilusión..." (1)

b) El Paso Del Tiempo: Los "outlaw" de Peckinpah pertenecen a una época que ya no existe en el momento en que suceden sus historias. Se asombran cuando ven un automóvil y no pueden creer que haya máquinas que vuelan. Y esa es su tragedia: el mundo en el que están acostumbrados a vivir ha desaparecido y no tienen capacidad para adaptarse a una nueva realidad.

El paso del tiempo no sólo ha cambiado el mundo que conocían sino que también ha hecho mella en ellos: En Duelo en la Alta Sierra los protagonistas son dos viejos pistoleros y uno de ellos trabaja en un tenderete de una feria haciendo demostraciones de tiro... En La Balada de Cable Hogue el protagonista ya no es un niño... En Grupo Salvaje sólo uno de la banda tiene menos de treinta años y otro es un anciano...





NOTA 1: Robert Benayoun, Un Barbecu chez les Perdeurs, Positif, núm. 69 (citado por Georges-Albert Astre y Albert-Patrick Hoarau en Univers du Western).



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lunes, 13 de diciembre de 2010

Sierra De Teruel - L'Espoir: La Película Que Los Nazis Quisieron Destruir


Cuando, en julio de 1936, el escritor y aviador francés André Malraux llegó a España para luchar en las filas republicanas como piloto, poco podría imaginar que sería en este país donde dirigiría su única película: Sierra de Teruel.

André Malraux escribió en 1937 la novela L'Espoir (La Esperanza), basada en sus experiencias como combatiente en España. El libro se publicó en diciembre de ese mismo año.

En 1938 se planteó la idea de rodar una película para convencer a los países democráticos de la necesidad de ayudar a la España republicana: Sierra de Teruel. Malraux escribió el guión en colaboración con el escritor español Max Aub para lo que adaptaron la tercera parte de la novela L'Espoir (Les Paysans, Los Campesinos).

El gobierno de la república concedió a Malraux 700.000 pesetas y 100.000 francos antiguos, material técnico, laboratorios, estudios, etc. para la elaboración de Sierra de Teruel convirtiéndose así en el productor del film. El rodaje se inició a mediados de 1938.
Max Aub co-escribió el guión con Malraux en francés encargándose luego de traducirlo al español y de labores de producción tales como la contratación de actores, búsqueda de material, relaciones con las autoridades republicanas, etc. También colaboraron en el guión literario Denis Marion y Boris Paskine. Este último se encargaría asimismo del guión técnico, lo que le convertiría en co-director junto a Malraux.

El rodaje comenzó el 20 de julio de 1938 en los Estudios Orphea de Barcelona. Aunque la acción de la película tenía lugar en Teruel, se rodó en las calles de Barcelona (las de Santa Ana y Montcada, entre otras). Las escenas de aviación se rodaron en el aeropuerto del Prat. Las de la montaña en Collbató y las del pueblo en Cervera, Tarragona y el Pueblo Español de Montjuic.

El rodaje fue accidentado ya que las tropas fascistas estaban cada vez más cerca de Barcelona. Era habitual tener que interrumpir el trabajo porque sonaban las sirenas de alerta avisando de que se acercaba un bombardeo aéreo y había que recoger el equipo y llevarlo a los refugios. Los cortes de corriente eléctrica eran contínuos con lo que el rodaje se paralizaba a menudo. Había escasez de película, equipo técnico, de decorado, de medios de transporte para el equipo...

El 26 de enero de 1939 las tropas franquistas entraron en Barcelona cuando la película aún no estaba terminada. Quedaban por rodar once secuencias, es decir, la tercera parte de Sierra de Teruel, había muchas secuencias incompletas, faltaban raccords y el sonido era defectuoso. Malraux decidió acabarla en su país: Para ello convenció a la productora Corniglion-Molinier de que la co-produjera. Rodaron algunos exteriores en Francia, buscaron imágenes en archivos de noticiarios, regrabaron la banda de sonido, se compuso la música y se llevó a cabo el montaje.

Sierra de Teruel estuvo lista para su estreno meses después de que la República Española perdiese la guerra. El gobierno republicano en el exilio tuvo ocasión de verla y dar su aprobación días antes de que estallase la 2ª Guerra Mundial. Su exhibición habría supuesto una ayuda para los movimientos de resistencia antifranquista que habían empezado a organizarse en el interior de España y en el exterior. Pero el gobierno francés prohibió su estreno.

Poco después, cuando los alemanes ocuparon Francia, a petición del gobierno de Franco buscaron y destruyeron el negativo y todas las copias de Sierra de Teruel. Pero un afortunado error -o el ingenio de uno de los trabajadores de la productora Corniglion.Molinier- hizo que la copia lavender (1) de la película se encontrase en unas latas (2) que llevaban el título de otra producción, Drôle de Drame, por lo que pudo salvarse de la destrucción.

En 1945 Sierra de Teruel se estrenó en París con el título de L'Espoir. Sin que Malraux, que se encontraba en el frente, lo supiera, se manipuló el montaje, se le añadió un texto introductorio que comparaba la lucha de los republicanos españoles y la de los resistentes franceses, se reconstruyeron subtítulos y se suprimieron algunas tomas de las escenas finales. André Malraux no vió L'Espoir hasta 1969 y declaró que ese montaje no era el realizado por él. La película se restauraría en 2003.

En España no pudo verse hasta 1977.




NOTAS:

1 - Copia lavender es el máster positivo, copiado a partir del original, que se utiliza para hacer negativos duplicados.

2- Lata es el nombre que recibe el contenedor circular en el que se almacena la película.







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martes, 7 de diciembre de 2010

The Kill Point: El Hombre Enfrentado A Su Destino


The Kill Point (2007) es una mini serie de 6 episodios (el primero y el último son dobles, lo que la convierten en una serie de 8 capítulos), creada por James de Monaco y coescrita por este y Todd Harthan. Ambos guionistas figuran en la producción ejecutiva junto al director Steve Shill.

La historia comienza con una secuencia de unos 10 vertiginosos minutos en los que cinco veteranos de la guerra de Irak asaltan un banco, huyen con el dinero, tienen un imprevisto y se ven obligados a refugiarse en el mismo banco dejando la bolsa con el dinero en medio de la calle.

El relato se transforma entonces en la conocida trama del atraco con rehenes que hemos visto tantas veces. Esta trama pertenece al grupo de las aparentemente sencillas pero difíciles de escribir precisamente por eso, por su simplicidad. Se le añade la dificultad de que no hay que mantenerla durante 100 o 120 minutos, como en el cine, sino durante casi seis horas. Y hay que ser un guionista con mucho ingenio para mantener este tipo de relato durante tanto tiempo sin que decaiga un ritmo que ha empezado muy alto. James de Monaco y Todd Harthan lo consiguen y esto ya haría por sí solo de The Kill Point un buen guión de acción. Logran mantener el nivel de la tensión creada en la primera secuencia ayudándose de otras dos tramas bien conocidas por el espectador y que no desvelaré aquí para no estropear la historia a los que no la hayan visto.

Pero hay una segunda lectura de The Kill Point y se basa en la construcción de los personajes que no son buenos ni malos, sino seres humanos con virtudes, debilidades, contradicciones, dolor y remordimientos.

Como Jake Méndez (John Leguizamo), el sargento que lidera el grupo. Jake Méndez habría sido un buen hombre si las circunstancias no le hubieran llevado a situaciones límite. Marcado por una guerra en la que combatió pero no entendió, como no entiende ahora la reacción de su país, por el que ha arriesgado la vida y ha perdido a su familia: "Matamos a muchos en Mosul, tíos. Y luego me llamaron cobarde y me metieron en la cárcel... ¿Sabéis por qué? Porque no dejé que mis hombres murieran por su guerra. Por eso fue. Porque prefieren soldados muertos a veteranos vivos porque es mucho menos embarazoso y más barato".

Como el ex soldado Mike (Leo Fitzpatrick), un hombre torturado por el recuerdo de las atrocidades que cometió en Irak y cuyos remordimientos le están llevando a la locura: "No se puede recomenzar. No se puede renacer. Especialmente nosotros. Ya estamos muertos".

O como el capitán Cali (Donnie Walberg), el negociador de la policía, obsesionado por la correcta construcción gramatical de todos los que le rodean. Que se aferra al orden y la meticulosidad por miedo a caer al otro lado, al descontrol y el caos. Que se hizo negociador porque sabe que tiene una tendencia peligrosa a la violencia sin límite si se deja llevar...

El sargento Méndez y sus hombres no pueden dejar de ser los militares que fueron en Irak. No han podido, o no han sabido, recuperar la vida y la identidad humana que tenían antes de ir a la guerra. Ya no tienen familia ni amigos civiles, por eso se siguen comportando como un pelotón y viviendo como militares en pleno conflicto bélico. Y es que la guerra continúa para ellos y ahora lo hace en un mundo que no entienden, que no les entiende y en el que no tienen cabida.

The Kill Point es una tragedia y, como todas las tragedias, es una historia sobre el hombre enfrentado a su destino.




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jueves, 2 de diciembre de 2010

Un Regalo Imaginativo

Ya tenemos las fiestas navideñas encima y todo el que tiene algo que vender se lanza sobre nosotros sin piedad, para tratar de quitarnos los pocos euros que la crisis nos ha permitido conservar.
Yo os propongo un ejercicio que no cuesta dinero: Elsie, nuestra amiga panameña que ya ha colaborado en este blog en una ocasión anterior, vuelve a ser generosa y nos obsequia con un regalo de su imaginación. ¡A ver si sirve para poner la nuestra en marcha!
Elsie nos envía una de sus ideas para que nosotros juguemos a darle continuación, a acabarla, a hacerla ir para otro lado...
Aquí está:



LA MEJOR ACTUACIÓN:

Sara tiene tres matrimonios fracasados. Sostiene que ella no ha sido la responsable, sino que el primer marido fue muy joven y permisivo, el segundo, viejo y controlador, el tercero de su misma generación pero narcisista olímpico. Estos tres hombres han sido amigos y un buen día, deciden abrir los ojos de Sara quien no es para nada autocrítica con su vida y contratan un actor profesional para que logre enamorarla de él y hacerla sufrir de alguna manera casi como un escarmiento. Ambos se enamoran realmente. Y el actor, que es casado, cumple a pesar suyo, lo pactado con los maridos confabulados… pero se despide a lo grande.
Autora: Elsie C. Escala

¿Qué se os ocurre? ¿Hacia dónde llevaríais ahora el argumento? ¿Cómo podría ser esa despedida a lo grande? ¿Cómo reaccionaría Sara? ¿Por qué son tan amigos sus tres ex maridos? ¿Y la esposa del actor?








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