domingo, 24 de abril de 2011

La Virgen de los Sicarios: El Asesinato Como Forma de Vida

La coproducción franco-colombiana-española La Virgen de los Sicarios es una adaptación de la novela homónima del escritor colombiano Fernando Vallejo, autor asimismo del guión.

Cuando Barbet Schroeder se entrevistó con el novelista por primera vez, tenía la intención de llevar al cine alguna de sus novelas pero había descartado, precisamente, La Virgen de los Sicarios por dos motivos:

Porque la novela era un largo monólogo que obligaría a utilizar la voz en off, cosa que no deseaba, y porque había demasiados asesinatos: dieciocho. Le parecía que eran muchas muertes para un largometraje y que resultaría tedioso.

Sin embargo, Fernando Vallejo convenció a Schroeder de que podía escribir el guión sin usar la voz en off. En cuanto al número de muertos, director y guionista negociaron cuantos dejaban y cuantos eliminaban.

La Virgen de los Sicarios es la historia de un escritor, Fernando, que tras treinta años de ausencia vuelve a su ciudad natal, Medellín, para morir allí.

Una vez en la urbe colombiana conoce a un adolescente, Alexis, y entre ambos se inicia una relación que acabará convirtiéndose en amor.

Alexis es un muchacho de las llamadas "comunas" (barrios pobres) de Medellín y un pequeño asesino que, como pronto descubrirá el escritor, mata de forma habitual y por cualquier motivo.

Fernando se horroriza ante la naturalidad con que este niño practica y asume la violencia pero se ha enamorado y no está dispuesto a dejar a Alexis, con lo que se convierte en observador e, indirectamente, cómplice de los asesinatos del muchacho.

Al mismo tiempo, el escritor descubre una realidad distinta a la que recordaba de su infancia en Medellín. Y, así, la ciudad se convierte en un personaje más de la película, casi en la protagonista, vista a través de los recuerdos de Fernando y de la realidad que ahora se nos muestra.

Respecto a los actores del reparto, el protagonista, Fernando, está interpretado por un actor profesional, Germán Jaramillo, con una larga trayectoria teatral a sus espaldas.

Para los otros dos personajes principales de la película, Schroeder decidió buscar a chicos de las "comunas" que interpretasen unos papeles muy parecidos a sus vidas reales. Por ejemplo:

Según cuenta Schroeder, Anderson Ballesteros, cuando fue elegido para el papel de Alexis vivía solo con su hermano de 13 años en uno de estos barrios, acababa de cumplir tres meses de cárcel y su madre estaba en prisión. Durante el rodaje fue citado por secuestro y ataque a mano armada a un taxista. Un día llegó con los pies destrozados y contó al director que, la tarde anterior, había asaltado a un transeúnte junto con tres amigos. Los cuatro se habían repartido y gastado el producto del robo cuando un policía les detuvo y les obligó a dar sus zapatos a la víctima, lo que le obligó a caminar dos horas, descalzo, hasta su casa.

También contó el director que Juan David Restrepo (Wilmar) estaba en la lista de un grupo que decía ser de "limpieza social" y, para evitar que lo mataran, tuvieron que trasladarlo a un apartamento cercano al rodaje. Un día, Juan David le comentó a Schroeder que la noche anterior, miembros de una banda rival habían entrado en la casa de su mejor amigo y habían matado a la madre de este y que tendría que ir con sus compañeros a vengarse o se pondría él mismo en peligro. Cuando vino a la mañana siguiente a la prueba de maquillaje dijo que el asesino de la madre de su amigo había muerto la tarde anterior...

Cuando la película se estrenó en el 2000, una parte de la sociedad colombiana se mostró ofendida por la mala imagen que, consideraban, La Virgen de los Sicarios daba de Medellín. Otros consideraron que la película se limitaba a reflejar una triste realidad: la del asesinato como forma de vida.

lunes, 18 de abril de 2011

Arsénico Por Compasión: Juego De Parejas

Cuando Mortimer (Cary Grant), acude a casa de sus ancianas tías para decirles que acaba de casarse y que esa misma tarde se va de luna de miel, descubre asombrado que esas dos encantadoras señoras esconden un cadáver en el arcón de la sala.

Mortimer oculta el hecho a Elaine (Priscilla Lane), su flamante esposa y, convencido de que el autor del homicidio es su hermano Teddy (John Alexander) que cree ser el presidente Roosevelt y está construyendo el Canal de Panamá en el sótano de la casa, decide tramitar el ingreso de este en un psiquiátrico antes de salir de viaje.

Pero sus tías Martha (Jean Adair) y Abby (Josephine Hull) descubren a Mortimer que han sido ellas las autoras del crimen. De hecho, le confiesan que tienen otros once cadáveres en el sótano, donde Teddy excava para construir su Canal.

El protagonista inicia una carrera contra reloj para internar a sus tías y a Teddy en el psiquiátrico mientras su esposa y un taxi le esperan en la puerta. Por si no era bastante, Jonathan (Raymond Massey), el hermano psicópata de Mortimer, se ha escapado de la cárcel y llega a la casa acompañado por un compañero de prisión, el Dr. Einstein (Peter Lorre) y por un cadáver que también pretende esconder en el sótano...

Arsénico por Compasión (Arsenic and Old Lace, 1944) es una comedia negra basada en la obra de teatro del mismo título escrita por Joseph Kesserlring y adaptada al cine por Julius J. Epstein y Phillip G. Epstein.

En su estructura, tiene un interesante juego de repeticiones como, por ejemplo, el gesto de Teddy que, cada vez que sube las escaleras a su habitación, toca la trompeta y grita "¡A la carga!", lo que provoca otra repetición: una de las agujas del reloj de la sala cae por el portazo que da Teddy y alguno de los habitantes de la casa debe volver a ponerla en su sitio.

Pero, sobre todo, en Arsénico por Compasión se repiten las parejas:

- Mortimer y su esposa que acaban de casarse.

-Las tías de Mortimer, dos hermanas que no sólo viven juntas sino que matan juntas.

-El hermano psicópata de Mortimer, Jonathan, y su compañero de celda, el Dr. Einstein.

-Hay dos médicos en la película: el psiquiatra que dirige el centro en el que Mortimer pretende internar a Teddy y el médico de cabecera que debe firmar los papeles (el Dr. Einstein, pese a afirmar que es cirujano y haberle hecho diferentes operaciones de estética a Jonathan no es, según nos aclaran al final de la película, médico).

-En cuanto a Teddy, ya es, en sí mismo, una pareja: la persona que realmente es y el presidente Roosevelt que cree ser.

-Podemos decir que hay dos asesinos en serie: Jonathan y el tandem formado por las tías de Mortimer.

-Dos escritores aficionados (el policía y el psiquiatra) empeñados, en dos escenas distintas a leer a Mortimer sus obras...

-También hay dos taxis: el que se pasa toda la película ante la puerta de la casa con su conductor desesperado por lo que sube el taxímetro y el que Mortimer llama en una de sus salidas para arreglar el papeleo de Teddy.

-Dos cadáveres a los que enterrar (el del arcón y el que Jonathan trae a la casa).

Para acabar de rizar el rizo, tenemos dos escenas que aluden a otras dos: Cuando Mortimer se burla de una obra de teatro que, asegura, es muy mala y cuenta, para demostrarlo, una escena de la misma en que el personaje abre un arcón y se encuentra dentro un cadáver que es, exactamente, lo que le está ocurriendo a él en ese momento. Y, más adelante, cuando Mortimer habla de otra situación que considera poco creíble de otra obra de teatro en la que el personaje se deja inmovilizar y atar por el asesino como acaba ocurriéndole a él en ese mismo momento.

lunes, 11 de abril de 2011

Generation Kill: El Pitbull De América

"El Cuerpo de Marines es el pitbull de América: Nos pegan, nos maltratan y, de vez en cuando, nos sueltan para que ataquemos a alguien". Eso es lo que opina Ray (James Ransone) uno de los personajes de Generation Kill.

Generation Kill es otra excelente serie de la HBO, realizada en 2007, y otra creación de los guionistas Ed Burns y David Simon (The Wire, The Corner, Homicide, Treme).

Esta miniserie de siete episodios sigue a un batallón de reconocimiento de marines norteamericanos durante los primeros 40 días de la guerra de Irak de 2003 y se centra en la experiencia de los jóvenes desde un punto de vista realista que se acerca bastante al documental.

Fieles a su estilo, Ed Burns y David Simon no escriben la clásica historia a la que estamos habituados: Un protagonista, rodeado de varios personajes principales y secundarios, al que se le marca un objetivo que luchará por conseguir durante todo el relato teniendo, para ello, que superar diferentes dificultades.

Como es su costumbre, Ed Burns y David Simon se centran en un grupo de personajes sin objetivos claramente definidos, sin protagonistas ni antagonistas, sin buenos ni malos. Sólo un grupo de seres humanos que lleva adelante su vida como mejor sabe y puede. No es fácil mantener centrado un guión partiendo de esta premisa pero a estos dos escritores les suele funcionar bien.

Esta vez han tenido como co guionista a Evan Wright, un periodista que convivió con los Marines en Irak como enviado de la revista Rolling Stone. Inicialmente, Evan Wrigth escribió una serie de artículos sobre el tema para su revista y más tarde publicó la historia en un libro del que ha surgido la adaptación televisiva.

La serie cuenta los problemas cotidianos de estos Marines que deben superar la incompetencia de sus oficiales, las carencias de equipamiento y una estrategia bélica confusa.

Tambien el espectador puede sentirse confuso a veces mientras ve Generation Kill porque casi nunca tiene toda la información necesaria para entender la acción, dónde están los personajes y qué hacen allí. Esto es intencionado, como explica Evan Wright: "A menudo Colbert (Alexander Skarsgard) y los otros Marines no sabían porqué estaban siendo enviados a una carretera concreta en un momento concreto hasta mucho después de haber terminado su trabajo. David Simon y Ed Burns querían sumergir a los espectadores en medio de la acción del mismo modo que lo estaban los Marines, con un muy limitado conocimiento de la situación. Esta forma de contar la historia pide un poco más de los espectadores. Pero también da a los espectadores una mejor oportunidad de entender las experiencias de los combatientes".

Generation Kill cuida el realismo en sus diálogos, llenos de exabruptos y palabras malsonantes. Evan Wright temía que David Simon quisiera quitar determinados términos utilizados por él en el guión y que corresponden a la forma en que hablaban los Marines con los que convivió. Pero eso no sucedió porque, como él mismo dice, ambos estaban de acuerdo "en retratar a los Marines como son, no como la gente en sus casas puede pensar que deberían ser".

Y, al parecer, lo han logrado. Como siempre, David Simon y Ed Burns han hecho un buen trabajo.

lunes, 4 de abril de 2011

Morir en Madrid: El Latir de un Corazón

De vez en cuando es bueno ver la propia imagen desde los ojos de otros. Es enriquecedor y un poco sorprendente ver el propio país y la propia historia a través de la mirada de un extranjero con la distancia que eso, inevitablemente, implica.

Morir en Madrid (Mourir à Madrid, 1962) es la Guerra Civil Española vista por los ojos de varios cámaras y documentalistas europeos, soviéticos, norteamericanos... y a través del corazón de un montenegrino nacionalizado francés: Frédéric Rossif. Como él mismo dijo en cierta ocasión, "el plano es una mirada; el montaje es el latir de un corazón".

Tambien dijo que la razón por la que hizo Morir En Madrid fue que "entre 1936 y 1939 explotaron en España mil años de historia. Fue la última guerra de hombres, la primera totalitaria. En esos años un mundo murió y nació otro, el nuestro. Ese momento es nuestra película, la historia de un giro, de esa noche del universo marcado por el signo de Guernica y de la 5ª columna, por la muerte sistemática y el choque de las ideologías".

A raíz de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial, en el ámbito del cine documental nació un nuevo género: el documental de compilación.

Numerosos documentalistas, cámaras y fotógrafos de guerra de todo el mundo habían tomado imágenes de ambos conflictos bélicos para los noticiarios cinematográficos de sus países. Una vez acabadas ambas contiendas, muchos realizadores empezaron a buscar en los archivos de las productoras y se encontraron con una gran cantidad de imágenes, en algunos casos inéditas, que podían utilizar para montar sus propias películas: La Revolución Soviética, las luchas por la independencia de Irlanda, Mahatma Gandhi, el antiguo Oeste americano, etc.

Frédéric Rossif es uno de esos realizadores especializados en el documental de compilación y Morir En Madrid está considerada su obra maestra. Nominada al Oscar en 1966 y ganadora de premios tan prestigiosos como el Jean Vigo (1963) y el Flaherty (1968), Morir En Madrid está dedicada a "los corresponsales de guerra muertos en Madrid y a todos, periodistas, reporteros, cámaras que cumpliendo con su trabajo en España nos han permitido realizar esta película". El documental tiene imágenes, entre otros, del prestigioso realizador y cámara soviético Roman Karmen, de los archivos de la Fox, la Pathé, Gaumont, Eclair, Movieton, Keystone, etc.

Con una muy bella banda sonora de Maurice Jarre y el texto en off de Madeleine Chapsal, Frédéric Rossif hace un resumen de la situación española desde el inicio de la Segunda República en 1931, el intento de golpe de estado franquista y cómo su fracaso desembocó en una guerra civil que duró tres años. Habla de la postura internacional ante el conflicto, de las batallas más célebres, de que fue la primera vez en la historia en que se utilizó, como herramienta de desmoralización masiva, el bombardeo aéreo sistemático contra la población civil...

La razón de escoger como título Morir En Madrid está en el mismo texto de Madeleine Chapsal cuando la película, tras hablar de los extranjeros que luchaban al lado de los rebeldes fascistas (40.000 mercenarios marroquíes, la élite de la Luftwaffe hitleriana -la Legión Condor- y parte del ejército de Mussolini) habla de los 40.000 civiles voluntarios que llegaron de 53 países para apoyar al gobierno legítimo de la Segunda República. Cuenta que los aliados de la República son "abogados, obreros, estudiantes... Son las Brigadas Internacionales. Ellos no reciben un sueldo, no buscan la gloria. Llegan de todo el mundo. Vienen a morir en Madrid".